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sábado, 17 de febrero de 2018

Deber cumplido

Desechos de guerra. “Luchamos en sus guerras por derechos que no tenemos aquí”, comenta un personaje de 'Deber cumplido' (2017), de Jason Hall. Resulta más preciso, además de orientativo, el título original, 'Thank you for your service'/Gracias por su servicio, porque sí permite percibir la causticidad que recubre la indignación ante la falta de atención por parte de las instituciones gubernamentales estadounidenses a los soldados que retornan al hogar, como la demora en las asistencias de prestaciones o tratamiento de los traumas psicológicos. No hay agradecimiento ni apoyo para los hombres que retornan de la guerra con una sensación de extravío, para encontrarse con que no pertenecen al lugar que se supone que es el suyo. Hombres con heridas físicas y emocionales a los que cuesta adaptarse a un ritmo de vida ordinario, porque ya no pueden asimilar esa normalidad como un resorte. Están averiados. En su mente se ha quebrado algo. Cargan con lastres de los que no logran desprenderse, por el horror vivido en una circunstancia de amenaza constante para su vida, o quizá por la culpa y remordimientos que arrastran por no haber ayudado a aquel compañero en una situación de peligro. Y retornan para encontrarse con que su hogar no existe, como si lo hubieran vaciado y no quedaran muebles, y ni siquiera nadie les esperara. Por eso, son múltiples los soldados que retornan y recurren al suicidio.
En 'Los mejores años de nuestra vida' (1946), de William Wyler, tres soldados retornan al hogar tras el servicio cumplido en combate durante la II Guerra mundial. En 'Deber cumplido, también tres retornan tras su servicio en la guerra de Irak, el sargento Schumann (Miles Teller), y los soldados Tausolo (Beulah Koale) y Billy (Joe Cole). A la primera le pesa el envaramiento que lastra el cine de Wyler (sobre todo en sus obras más prestigiadas, en el territorio del melodrama). En la contenida intensidad y precisión sintética de 'Deber cumplido', se percibe, en cambio, que Hall debió tomar cumplida nota del magisterio de Clint Eastwood en 'El francotirador' (2015), cuyo guión elaboró Hall. 'El Francotirador' estaba tramada sobre un personaje, Kyle (Bradley Cooper), que no sabía retornar al hogar, como si su vida diera vueltas en círculos, como si no pudiera escapar de la huida de la realidad que suponía entrar en combate una y otra vez. Se retrataba, o diseccionaba, al 'perro pastor protector', al que combate porque está convencido de que protege a los suyos (en un sentido concreto, sus compañeros de armas, su familia, y en un sentido abstracto, su país). Kyle era cuestionado por su esposa por no saber volver a la realidad, por no saber volver con los suyos, como si su misión le hubiera enajenado, esa película que había convertido su vida en distancia en la distancia, como su misma función de francotirador, subordinando su propia vida. No sabía qué estaba mirando, aunque pensara que sabía por qué apuntaba a quien disparaba, ni sabía siquiera quién era él, más allá de esa función que creía debía cumplir.
En 'Deber cumplido', con trazos concisos, se nos describe el desvalimiento, los temblores, y la confusión de unos soldados que regresan pero sufren en su adaptación a una realidad que no les recibe sino que les da la espalda, como si los abocara a los márgenes, porque sólo se quiere proyectar la imagen conveniente de firmeza (como reprueba un superior a Schumann por solicitar atención psicológica). Se desentienden de los desechos, porque evidencian lo que no quieren proyectar. La maquinaria no sirve, porque sufre interferencias, alucinaciones, como espasmos que les aturden. Se sienten impedidos por el extrañamiento de lo que ya no pueden ver, sentir, como parte de una rutina (por ejemplo, el escenario de un centro comercial). Han perdido paso, pero no saben cómo recobrarlo. Necesitan ayuda, pero les cuesta pedirla, quizá porque en su aturdimiento ni siquiera disciernen quiénes son, como hay quien no sabe en qué día vive. Una parte de la mente está en el presente y otra, como un trozo de metralla, aún en ese pasado que sigue estallando en su cabeza. Schumann siente que aún cae, y que no podrá contener la caída de la realidad, aunque en principio se integre en su realidad como si todo siguiera en su mismo sitio. Fue responsable de doce hombres, y ahora de dos pequeños hijos, junto a su esposa, Saskia (Haley Bennett). Pero aún le corroe el remordimiento por las vidas que no logró salvar entonces. Por ello, ¿cómo podrá ser el baluarte para sus hijos, si quizá se le caiga su hijo también de las manos por su torpeza?. La realidad ya no es como era, ahora es un campo de minas, un espacio repleto de agujeros, como en ese campo de golf en el que trabajaba. Y él se puede tropezar con la realidad en cualquier momento.
Tausolo siente que su mente le falla, que los temblores le superan. Un vídeo juego de combate ya no puede ser una simulación. Sabe lo que los disparos o las llamas hacen con un cuerpo. Contempla una pelea de perros, cómo arrojan sin piedad a los perros malheridos en los descampados. Por eso, rescata a uno porque necesita rescatarse a sí mismo de su caída en picado hacia la desesperación, aunque una mujer le ame, y espere un hijo suyo. Porque ¿y sí, aunque no quieras, en cualquier momento golpeas a la persona que amas? ¿Cómo puedes habitar una realidad en la que no sabes cómo vas a reaccionar en el siguiente instante? 'Deber cumplido' es un lacerante relato sobre unos hombres que intentan regresar al hogar pero no consiguen sentir que efectivamente lo sea, como si ya la realidad fueran unos colmillos que desgarran unas emociones para las que no encuentran la sutura necesaria.

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