Una de las imprecisas etiquetas que se asoció con Sturges, además de la de cineasta de acción (cuando en los inicios de su carrera había sido etiquetado como cineasta de películas lacrimógenas y después cineasta de thrillers) es la de cineasta de hombres (fundamentalmente, porque varios de sus éxitos o películas más célebres disponen de un mayoritario casting masculino, caso de Conspiración de silencio, Los siete magníficos, La gran evasión o Estación Polar Cebra). Pero realizó películas con protagonistas femeninas, como es el caso de las excelentes El signo de aries (1948), Kind lady (1951) y Astucia de mujer (Jeopardy, 1953). En los tres casos cobra particular relevancia, la inmovilidad, en un sentido literal o figurado. La protagonista de El signo de aries, encarnada por Susan Peters, confinada en una silla de rueda, piensa que ha superado bien el trauma de quedarse paralítica, tras salvar a dos de los hijos de su marido, conciliada consigo misma, pero tendrá que afrontar que no es así (que no había modificado su relación con la realidad y consigo misma) cuando llegue una institutriz que la hace sentirse insegura con respecto a su marido, y dos de sus hijastros decidan abandonar el hogar para casarse, por lo que decidirá urdir las correspondientes maquinaciones para que no sea así.


En Kind lady, la protagonista, interpretada por Ethel Barrymore, que vive en su particular vitrina de lujo, aislada del mundo, se verá progresivamente confinada en su propio domicilio, incluso finalmente en una silla de ruedas, por las maquinaciones de un supuesto artista, y sus secuaces, decididos a apropiarse de todas sus posesiones mientras proyectan cara al exterior que ella sufre un trastorno irreparable. Y en Astucia de mujer, el personaje de Barbara Stanwyck dispondrá de unas pocas horas para encontrar ayuda (incluso lidiando con un fugado de la cárcel) para liberar de los maderos que le tienen aprisionado, mientras lentamente sube la marea, a su marido, quien previamente con jactancia y autosuficiencia había declarado que siempre estaba preparado para las contingencias. Estate preparado para lo inesperado, le dijo a Sturges su madre, y estas tres brillantes películas son ejemplos de que por muy convencidos estemos de cómo somos o de nuestras capacidades o consideremos que nuestra realidad se define por una seguridad invulnerable, los imprevistos son parte crucial de la vida.


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