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lunes, 21 de diciembre de 2009

Boogie nights

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'Boogie nights'(1997), nos muestra cómo se crea una familia disfuncional en un espacio considerado anómalo socialmente, el equipo de rodaje de películas pornos. Uno de los elementos más sugerentes de esta pelicula es esa mirada luminosa, en su naturalidad, que revelaba que daba igual a lo que se dedicaran, como la mirada natural sobre el sexo, los cuerpos. No aplica una mirada extrañada de retratar un universo anómalo, lo anómalo son las relaciones enquistadas o de desencuentro, y estas pueden darse en este contexto o en una familia natural o en una labor legitimada socialmente.Por eso, se constituye en espejo de lo denominado normalidad, un espejo más que distorsionado revelador por contraste, a través de esos afectos que se creaban entre los personajes, y que ponía en evidencia cómo se crean los mecanismos de dependencia o afinidad en cualquier ambiente, y cómo su perturbación o cortocircuito son aquellos derivados del ego, de la vanidad o de la soberbia. Todo es cuestión de actitud. Además, es un fascinante y corrosivo retrato de una época, los finales de los 70 y los inicios de los 80. O cómo se estigmatiza al que es diferente, por ejemplo, para darle un crédito bancario. Y, sobre todo, todo un derroche de creatividad de este excepcional cineasta, desde el soberbio largo plano secuencia inicial. Estos abundan, musicalizados, en la línea Scorsese, pero incluso superándolo, o realizando varia secuencias de montaje alterno tan desgarradoras como insuperables. O creando secuencias aparte que son un film en sí mismo como la tensa y alucinatoria secuencia en la casa del traficante de drogas. Su remate es ese largo primer plano sobre el rostro de Wahlberg, una refinada manera de reflejar una toma de consciencia, cómo ese personaje ha cruzado un umbral en el que se da cuenta de hacia qué abismo se había conducido por su pueril vanidad. Y es que, de nuevo, todo es cuestión de actitud, no de tamaño, ni de la posición que ocupas ni del valor de imagen del que dispones.

'Boogie nights' (1997), con un fabuloso reparto, Mark Wahlberg, Burt Reynolds, Julianne Moore, Philip Seymour Hoffman, William H Macy o John C Reilly, es la segunda obra de Paul Thomas Anderson, su primera obra maestra, aunque ya su opera prima, Sidney, era estupenda. Cada secuencia para construida y rodada por un orfebre. Alternando los tonos de modo ejemplar, desde el irreverente sarcasmo al desgarro emocional, o el toque sombrío. Y demuestra que hoy en día pocos cineastas tienen tal dominio expresivo con los movimientos de cámara. Un gran maestro.

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