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viernes, 20 de junio de 2025

John Sturges durante el rodaje de Cuando hierve la sangre, Tres sargentos y 24 horas de Le Mans

 




John Sturges sufrió durante su carrera rodajes definidos por la contrariedad. La intromisión de los productores, durante la preparación de Cuando hierve la sangre (1959), al recurrir a otros guionistas, tras contratar a Gina Lollobrigida, para ampliar la importancia de su personaje, fue determinante para que, añadido a la frustración de no conseguir que aceptaran sus propuestas para rodar La gran evasión y nuevas versiones de Capitanes intrépidos y Motín a bordo (cuando se retomo el proyecto ya con Marlon Brando, Sturges no coincidía con el enfoque de este), dejara atrás su etapa de freelance (1956-59) y aceptara de inmediato la propuesta de la Mirisch Company que implicaba que él controlaría sus proyectos. Estuvo en un tris de abandonar Tres sargentos (1962), proyecto que aceptó, fuera de su contrato con la Mirisch Company, porque había trabajado como montador, entre otras tareas, para Gunga Din (1939), de George Stevens, de la que era versión westerniana, por la constante colisión con los caprichos de Frank Sinatra (y sus amigos); era un proyecto puesto en marcha por Sinatra por lo que tuvo que lidiar como pudo con la frustrante experiencia. Posteriormente, también consideraría abandonar Joe Kidd (1972) por las intromisiones creativas de Clint Eastwood. Sí se había decidido a hacerlo durante las primeras semanas de rodaje de Las 24 horas de Le Mans (1971), al final dirigida por Lee H Katzin, porque su enfoque no tenía nada que ver con el de Steve McQueen, el cual era inflexible y como afirmó Sturges,  "soy demasiado viejo y rico para aguantar esta mierda". Más detallada información en John Sturges. La mirada ecuánime o depende de a qué se llame mirar (Providence).

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