Translate

domingo, 11 de mayo de 2025

John Sturges durante el rodaje de Estación polar Cebra

 Este lunes entra en imprenta JOHN STURGES. LA MIRADA ECUÁNIME O DEPENDE DE A QUÉ LLAMES MIRAR (Providence) con la previsión de que ya esté a la venta en junio ( y con suerte que pueda presentarse en la feria del libro), y así comience su viaje hacia sus posibles lectores. Las dos primeras producciones que dirigió Sturges tras concluir su etapa (1960-67) como independiente en colaboración con la Mirisch Company, fueron dos obras relacionadas con desplazamientos o trayectos definidos por las incógnitas y los imprevistos. Aun siendo dos encargos de distintos Estudios (Metro y Columbia) ejemplifican la mirada personal de Sturges pese a que se le calificara como mero artesano. En Estación Polar Cebra (1968), un submarino tiene que efectuar una acción de rescate, el de los componentes de una base científica en el Océano Ártico, aunque sea más bien una excusa porque interesa más la grabación que contiene un satélite caído. En Atrapados en el espacio (1969), hay que rescatar a los tres primeros tripulantes de una estación espacial experimental, equiparables a los anteriores en su condición de científicos, así como es equiparable la larga duración de la misión. Dos escenarios remotos, lejanos de toda vida ordinaria. En una, el trayecto es bajo la superficie, a través del agua, en la otra es en las alturas del espacio exterior, más allá de la atmósfera terrestre. Dos entornos que el hombre no puede habitar, en los que es cuerpo vulnerable, y en los que debe recurrir a maquinaria, la cuál puede fallar, sea por error, sabotaje humano o imprevisto fallo técnico. De nuevo, se efectúa una sutil labor de abstracción (son viajes concretos y arquetípicos). Lástima que no pudiera rodar, con un tren como protagonista, The yards of Essendorf, con los previstos Warren Beatty, Jean Paul Belmondo y Ursula Andress, que conectaba con La gran evasión así como con El tren, de John Frankenheimer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario