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martes, 31 de diciembre de 2024

Las 10 películas predilectas del 2024 ( y algunos apuntes)

1. Sobre la hierba seca, de Nuri Bilge Ceylan

2. The beast (La bestia), de Bertrand Bonello
3. Anselm, de Wim Wenders
4. Civil war, de Alex Garland
5. Jurado nº 2, de Clint Eastwood
6. Fuera de temporada, de Stephane Brizé
7. Segundo premio, de Isaki Lacuesta y Pol Rodriguez

8. Here, un hombre bueno, de Bas Devos
9. Joker: Folies á deux, de Todd Philips
10. Memory, de Michael Franco. 11. La zona de interés, de Jonathan Glazer. 12. Los últimos románticos, de David Pérez Sañudo. 13. Here, de Robert Zemeckis. 14. El cielo rojo, de Christian Petzold. 15. Emilia Pérez, de Jacques Audiard. 16. Los que se quedan, de Alexander Payne. 17. Strange darling, de J.T Mollner. 18. Oh, Canada, de Paul Schrader. 19. Camboya, 1978, de Rithy Panh. 20. Sidonie en Japón, de Elise Girard. 21. Desconocidos, de Andrew Haigh. 22. Slow, Marija Katvaradze. 23. Hit man. Asesino por casualidad, de Richard Linklater. 24. Rivales, de Luca Guadagnino. 25. Secretos de un escándalo, de Todd Haynes. 
En primer lugar señalar que la selección realizada se constriñe a las películas estrenadas durante el 2024, sean producciones de este mismo año o de años previos. No he considerado obras que he visto pero no han sido estrenadas, o están anunciadas para el 2025 como Queer, La mitad de Ana, La tutoría, Babygirl, La luz que imaginamos, Amenaza en el aire, Mikaela, Desmontando un elefante, Vivir el momento, The brutalist, El profesor de esgrima, Heretic, Absolution, María Callas, Vermiglio, Lee o Greedy people. En general realmente interesantes, incluso algunas notables, caso de las nueve primeras, aunque probablemente solo la primera estaría incluida entre mis veinticinco predilectas. En segundo lugar indicar que siempre resulta complicado hacer estas listas de cinco o diez mejores o predilectas películas. Siempre dejas en un caso u otro a alguna fuera que podría estar incluida. En este caso, es difícil establecer una jerarquía entre las siete primeras, o entre la octava y la dieciseisava. El orden podría haber sido otro. En tercer lugar destacar que cada parece más raro que una película me resulte admirable, o me conmocione. En cuanto a lo segundo, fue el caso de una obra como Civil war, directa al tuétano, y la misma impresión me ha causado la segunda visión. No es habitual quedarse clavado en la butaca como consiguió Clint Eastwood con esa magnífica secuencia final y la música que suena en los títulos de crédito de Jurado nº 2. Películas que sacuden, como es también el caso de las otras dos producciones estadounidenses que más me han cautivado, y desde luego sorprendido (son películas que arriesgan), Here, de Zemeckis y Joker: folies á deux. También es el caso, en otros territorios narrativos, de Bertrand Bonello, con La bestia (en esa zona de sombras narrativas que pocos cineastas logran dominar, como David Lynch), Bas Devos, con Here, un hombre bueno (la delicadeza sutil, contemplativa, la distancia que consigue la paradoja de la inmersión que amplía el ángulo de percepción y concepción de la realidad), Audiard, con Emilia Pérez (pocas obras tan audaces en su planteamiento expresivo, y que además logra sacudir las entrañas), Glazer, con La zona de interés (qué prodigioso uso del sonido), Brizé, con Fuera de temporada (desentrañada la incapacidad de relacionarse con la emoción verdadera, cual actores a la deriva), Petzold, con El cielo rojo (nunca ha estado mejor desentrañada la arrogancia, y a la vez incapacidad de discernimiento, del creador o intelectual) o ese islote en la cinematografía española que es Isaki Lacuesta, con Segundo premio, una vez más, planteando qué difusos son los límites de la ficción y de la realidad, límites con los que juega con inventiva y sabiduría, en otras direcciones, Los últimos románticos, de Pérez Sañudo, para desentrañar el desajuste una falta de conexión (con respecto al entorno en sus diversas vertientes) y la restitución de una conexión íntima (la afirmación del yo). Fragilidades emocionales que también explora con lúcida mirada frontal, despojada, Michel Franco en MemoryAnselm es como reencontrarse con una resurrección, y no solo por su conexión con la última obra maestra previa de Wim Wenders, Cielo sobre Berlín, sino porque, como pocas obras, nos confrontan con la posibilidad de una manera de mirar, y relacionarse con la realidad, que interroga y desentraña y genera nuevos territorios (qué soberano desafío intelectual, como un despertar). Nuri Bilge Ceylan, por otra parte, me sigue pareciendo, como corrobora con Sobre la hierba seca, uno de los más grandes cineastas de las últimas décadas. De nuevo, con agudeza nos interroga sobre cómo nos relacionamos con la realidad ( y los otros). O sobre cuáles son nuestros desajustes y ensimismamientos.

lunes, 30 de diciembre de 2024

Queer

 

Desde finales del siglo XXI, Queer era un término peyorativo, con el que se referían a los homosexuales. A finales de los ochenta los activistas gays quisieron recuperar ese término pero con connotación positiva. Queer es la novela, inacabada, que William Borroughs escribió en 1985, aunque la acción dramática relatada acontece en la década de los cincuenta. Luca Guadagnino exploraba en Call me by your name (2017) cómo ocultamos, cuando no reprimimos lo que sentimos, esto es, cuán fundamental es que la persona que amas discierna que sientes lo mismo que él/ella. En Queer (2024) explora esa incertidumbre de no saber con claridad qué siente aquel que amas, a quien se siente, más bien, como una gélida criatura escurridiza. Cuando, precisamente, la aspiración no es otra que experimentar la fusión completa con quien amas. Esa es la ilusión romántica, el sueño de conjunta plenitud. En cierta secuencia, el escritor Lee Wallace (Daniel Craig) relata a esa gélida figura escurridiza que ama, Eugene Allerton (Drew Starkey), cómo ha leído en una revista que con la ayahuasca puedes experimentar la telepatía que no es sino la metáfora de poder saber con claridad que piensa quien amas y lograr sentir cómo siente quien amas, como si uno y otro fuerais uno. En las secuencias iniciales de Queer, Lee es una figura errante, emocional, por las calles de México City (en un par de momentos parece quedarse transido, aunque esté hablando con alguien, como si su vida se definiera por esas brechas que evidencian su desajuste). Intenta entablar, infructuosamente, relación con un chico, y disfruta de un encuentro sexual con otro, aunque con esa sensación, falta de real conexión, que le hace dudar si debería pagarle o si es un encuentro sexual fugaz tanto para uno como para otro. Hasta que, mientras observa una pelea de gallos en la calle, se percata de la presencia de Eugene más allá de la multitud congregada. Un instante que Guadagnino planifica de tal modo (un contrapicado que asciende hacia el rostro de Lee) que evidencia la impresión que causa a Lee. Es alguien que destaca en la multitud.

Durante un tiempo, en este primero de los tres capítulos y un epílogo de los que consta la narración de Queer, Lee buscará el modo de establecer contacto, y lo logrará, pero aunque tengan una primera relación sexual, su incertidumbre subsistirá. Si en principio se pregunta, incluso, si será homosexual, dado que con frecuencia juega con una amiga al ajedrez, con la que no sabe con claridad qué vinculo les une, posteriormente las dudas se mantendrán con respecto a qué siente, si siente lo mismo que él, si juega en ambas direcciones, sobre todo porque a partir de cierto momento parece tomar distancia. En estos pasajes parece subsistir esa noción de competición en el territorio sexual y afectivo. Aspecto, la competitividad, que exploraba en la previa Rivales (2024). En este caso, Lee no sabe cuál es el fundamento de la forma de conducirse de Eugene, si es parte de un juego o pulso, o simplemente se muestra indiferente. Lee no desiste, lo que implica que haga el ridículo cuando se emborracha sobremanera antes de intentar un nuevo acercamiento, hasta que le proponga una especie de trato, o un viaje compartido en ciertos términos que no hagan sentir a Eugene que su independencia se vea afectada. Un trato que implica que le deja espacio para tener las relaciones que desee, sea hombre o mujer, mientras, al menos, disponga de dos noches de disfrute y atención con él. En suma, las relaciones como tablero de juego.

El segundo capítulo de Queer se centra en ese viaje, durante el que será patente cómo es condicional para Lee su adicción (¿es equiparable en el territorio afectivo, como opuesto a la frialdad aparente de quien parece interponer distancia en todo momento como es el caso de Eugene?). La relación seguirá evidenciando su condición de pulso, cuándo Eugene se deja llevar y cuándo no prefiere atender las demandas de Lee, por cuanto se subordinaría a su voluntad o necesidad. Parece que para Eugene dejarse llevar implicaría perder el control. Sigue siendo su relación un sí es no o un quizá en el que uno y otro quieren que la relación se ajuste a sus respectivos términos o respectivas necesidades. El tercer capítulo narra el encuentro, en la selva, con la doctora Cotter (excelente Lesley Manville), quien dispone de conocimientos sobre la ayahuasca. Será quien les facilite la posibilidad de experimentar la sustancia, experiencia que propiciará esa anhelada fusión en la que, literalmente, sentir que las caricias entran en la piel del otro, como se logra sentir las emociones y el deseo del otro como si fuera el propio. Sienten que superan los límites físicos de la piel como de las emociones, cual acto de realización suma de la empatía y de la fusión de los cuerpos y emociones. Pero ¿Llegar a sentir eso derivará en su continuidad, en que sea la dinámica progresiva de una relación que cada vez profundice más en esas sensaciones o se preferirá interponer distancia porque es vivencia de la intimidad tan plena asusta, se siente como una vivencia que no se controla? Es la gran interrogante que exponen esas magníficas secuencias, también constatación de una narración que progresivamente se densifica, como si la condición errante de las secuencias iniciales, de quien es un exiliado porque en su país le hubieran detenido por drogadicto, se sumergiera en el núcleo, o raíz, de la experiencia emocional y física más sustancial, la conexión y fusión con otro. El epílogo expone cuáles fueron las decisiones de uno y otro. O cómo la negación de la experiencia sustancial de lo real, como ambos experimentaron aquella noche, puede determinar una vivencia en un territorio ilusorio en el que el mismo tiempo es ya irrelevante, El resto de los años pueden ser nada en contraste con la experiencia, inmersión en el núcleo de la vida, en la que se siente que se trasgreden todos los límites para conectar con alguien.

sábado, 28 de diciembre de 2024

8 directores de fotografía 2024

8. Cónclave, Stephane FontaineCreo que, la primera vez que hablamos, me mencionó películas americanas de los años 70, como The parallax view (El último testigo, Alan J. Pakula), fotografiada por Gordon Willis. Le interesaba el hecho de que en esa época no tenían miedo de rodar secuencias completas en un solo plano secuencia o de tener un contraste muy fuerte y tomar la decisión de no mostrar a los actores, dado que la historia de Cónclave tiene que ver con el secreto y el misterio. Por tanto, Edward quería mantener ese enfoque, y yo estuve de acuerdo con él. El look está muy basado en los colores. Mucho rojo, sin duda. Por ejemplo, dentro de la Capilla Sixtina, todo el suelo era una alfombra roja y también había tela roja en las mesas. Los sacerdotes están vestidos con sotanas rojas casi siempre, aunque a veces llegamos a un tono diferente, como cuando están todos vestidos de negro. Y luego está este azul que mencionamos, que también es un elemento clave en algunas escenas, porque da un gran contraste de color e intención, de diferente estado de ánimo. Teníamos que darle un trato justo a cada personaje por igual. La principal diferencia vino de los matices en el estilo de iluminación dependiendo del nivel de intimidad que el cardenal Lawrence tiene con cada uno de los protagonistas.


7. Dune: parte 2, Greig FraserLo que es genial es que si comprendes que en Giedi Prime no hay luz visible, sólo tienes esta especie de brillo infrarrojo en todo el mundo. Puedes entender por qué no tienen pelo y por qué son tan pálidos. Captas que no hay sol en Giedi Prime, es como una especie de anti sol, un sol negro. Fue un proceso muy divertido de ir probando hasta llegar a eso. Algo que no sabía es que algunos tejidos se vuelven blancos inmediatamente [al grabar en infrarrojo]. Así que podías tener diferentes tejidos en un vestuario, y algunos serían negros con algún trozo blanco. Estoy segura de que hay un motivo en lo que respecta a los materiales. Sólo se que tuvimos que hacer muchas pruebas de cámara para asegurarnos de que todos vestían de negro, incluyendo a Feyd. Utilizamos un filtro de corte de luz visible. Si lo acercas a tu ojo, parece un filtro negro. Es extraño porque no puedes ver nada a través de él, pero si lo sostienes frente a la cámara se ve totalmente claro, sólo en infrarrojos. Entonces, te deshaces de todo el azul, verde y rojo y solo terminas con el infrarrojo. Y debido a que el sol se compone principalmente de infrarrojos, terminas con esta apariencia realmente brillante y translúcida donde es casi como si tus personajes brillaran.
6. Memory, Yves CapeEn primer lugar, todo lo que tiene que ver con la profundidad de campo me parece muy natural. En los tonos de piel, se ven normales. No hay demasiada definición, así que si hacemos primeros planos no necesito filtrar mucho. Además, puedo estar frente a una ventana que se está rompiendo y no tengo una llamarada que sea una locura. Michel, como la mayoría de los directores con los que trabajo, odia los destellos. Y lo entiendo porque está haciendo una especie de película sobre normas sociales, así que tan pronto como tienes un brote, parece un poco falso. A veces, con lentes vintage siento que puede parecer un poco loco y llamar demasiado la atención. Siempre intento que mis escenas parezcan lo más naturales posible. Me gustan las escenas que tienen ambiente, pero no bonitas. De hecho, me gusta cuando hay un accidente, cuando no queda muy bien. Las lentes también me permiten ser muy libre en algunos aspectos. Por ejemplo, Michel podría decirme: “Necesitamos una toma nocturna de ella entrando por el pasillo". ¿Cuándo podremos rodarlo? ¿Cuándo puede ser de noche? Necesito saltar porque Michel no quiere rodar dos días después. Quiere filmarlo ese día si es posible para ver si funciona en la edición. Con las Summilux puedo pasar a T1.4 y no cambia nada. No es menos contraste. No tengo bengala. Podemos hacer el tiro muy rápidamente.

5. Desconocidos, Jamie RamsayCon respecto a la paleta de colores, casi la abriría más para hablar sobre la apariencia, en cierto modo, porque una cosa que era importante para Andrew [Haigh] y para mí nunca era ser abiertamente específica y limitarnos al individuo. compartimentos que crean la apariencia, todo estaba tomado de la mano y homogéneo. Y ya sabes, la paleta de colores para nosotros tenía que basarse en la realidad. Porque nunca quisimos extender demasiado nuestra licencia poética de ninguna manera. Tenía que basarse en la realidad. Y tenía que haber una ligera naturaleza práctica en la paleta de colores, porque obviamente, al ser la mayoría de las localizaciones basadas en los fondos, no necesariamente podíamos controlarlas. Lo único que era importante para nosotros acerca de la paleta de colores era una especie de relación entre la vida real actual de Adam, y luego su especie de retroceso a cuando regresa con sus padres y la idea de una especie de retroceso nostálgico a esa especie de los años 80. Entonces, la relación entre las dos paletas de colores era bastante importante, porque cada color tenía un primo que era relevante en los años 80. Para nosotros, analizamos el tipo de paletas de colores relevantes de los años 80. Y lo que fue algo popular desde la perspectiva del diseño de interiores y del vestuario. Y también cuál era el tipo de funcionalidad en la perspectiva del color. Y luego observamos la evolución natural y el crecimiento natural de esos colores en un contexto contemporáneo. Obviamente queríamos limitar la cantidad de colores que utilizamos solo por su responsabilidad estética. Pero era muy importante para nosotros tener esa relación entre los dos. Así que vimos cómo las naranjas quemadas se convertían en rojas, vimos cómo los verdes menta se convertían en verdes primarios. Así que se trataba más bien del tipo de viaje cerebral en el que se convirtieron los colores, y simplemente de encontrar un grupo de colores que fuera representativo de los años 80, pero también bastante representativo de nuestros días.
4. Nosferatu, Jarin BlaschkeProbablemente nuestro mayor desafío fue filmar muchas de las escenas interiores con las luces apagadas. Rob parece plantearme un desafío como este en cada película. En La bruja teníamos niños encerrados en un cobertizo para las cabras. En El faro, tuvimos que fotografiar a los actores debajo de la mesa con las luces apagadas. En El hombre del norte, el personaje principal está nuevamente en un cobertizo sin luces ni fuego. En esta película, hay página tras página de diálogo donde las personas están en espacios sin luces. Esto me impulsó a probar los límites de la luz de la luna y a filmar escenas sin luces que parecieran reales. Lo que ves con tus ojos no se ve igual cuando intentas capturarlo en una película. Tienes que exponer la película en una determinada proporción para que reaccione de cierta manera, pero esa no es la misma forma en que reaccionas en la vida real. En las escenas iluminadas por la luna, por ejemplo, hay muy poca información sobre el color. Tuve que observar cómo mi propio cerebro y mis ojos veían las cosas en una situación de poca luz. En ese nivel, los humanos realmente no ven el color. Son sólo tus bastones y no tus conos los que funcionan. Utilicé un filtro para eliminar toda la luz amarilla y roja, así como la mayor parte de la verde. Lo que quedó era mayormente azul, lo que hacía que todo pareciera de cierta manera. Al fotografiar, simplemente intento recrear las mismas longitudes de onda que tus ojos verían en esas condiciones.
3. Sobre la hierba seca, Kürsat Uresin y Cevahir SahinLa razón por la que preferimos lentes anamórficas fue para transmitir al público la dificultad del entorno donde viven nuestros personajes, la soledad que experimentan en este lugar desafiante y cómo la dura naturaleza ejerce presión sobre sus espacios vitales incluso cuando se retiran a su mismo mundo. También queríamos ver cómo esa naturaleza difícil y las duras condiciones los abrazan cuando son felices. Probamos algunas cámaras diferentes para este proyecto y finalmente nos decidimos por la Sony Venice. Venecia tiene más gama de colores que la película tradicional y una resolución máxima de fotograma completo 6:5 6K con una relación de 2,39:1 más favorable cuando se utilizan lentes anamórficos. El rango dinámico 16+ y el ISO dual brindan un rendimiento muy bueno con poca luz, que es lo que necesitábamos en esta película para la mayoría de las escenas nocturnas. El nuevo sensor nos dio la oportunidad de capturar detalles de sombras en las áreas más oscuras y detalles en las áreas más brillantes, desde escenas más oscuras hasta escenas con mucha nieve, presionando tonos, colores y texturas. Era casi importante para nosotros tener tonos de piel naturales, suaves y sedosos, además los ND incorporados son muy útiles cuando se utiliza un filtro doble en el mattebox.

2. Joker: Folie á deux, Lawrence SherIncluso la forma en que entramos en las fantasías, el color, de dónde viene la luz, el diseño de producción, todo quiere ser como si no lo estuviéramos fotografiando sino simplemente capturándolo como si camináramos a un lugar real. Cuando canta The Joker, que sucede en la sala del tribunal, está explorando su yo sombrío, entonces, ¿Qué mejor manera de hacerlo que comenzar con tonos más dramáticos, incluido el color? La silueta es la separación más dramática entre sombras y luces. En primer lugar, es una escena violenta. Ya nos estamos preguntando si Harley es buena para Joker o Harley es buena para Arthur. Ella es un peligro potencial. También está el peligro y la amenaza que hay en la escena, por eso está en la misma sala del tribunal. Pero toda la iluminación es ahora esta luz roja subexpuesta como base con focos que exponen al Joker y a Harley dentro de esa sala del tribunal. No hay ninguna otra iluminación sobre nadie más en la habitación. Depende solo de ellos, por lo que inherentemente se trata de oscuridad. Se trata de peligro y amenaza con el rojo y la violencia. Y es esta exploración de sus lados oscuros. Se supone que debe dar un poco de miedo.

1. Emilia Pérez, Paul GuilhaumeIncluso cuando nuestra idea era hacer una película más realista en México, Jacques quiso que bloqueáramos un gran espacio y rodar así esta escena (del número musical El mal), con paredes negras y las luces de las mesas, así como la luz potente desde el techo. Volviendo al traje, sabíamos que era lo principal que teníamos que conseguir en esta secuencia. Hicimos muchas pruebas para ver cómo reaccionaba el traje frente a la vieja cortina roja que pusimos detrás del escenario. Aquí la luz la dirige Rita. Es como si se apoderara de la película. Utilizamos una técnica completamente operística. Trajimos a un equipo que trabaja en escenografías, decoraciones e iluminación de conciertos para poder hacer esto. Tenemos luces rojas escondidas en el techo y proyectores motorizados que le permiten ser libre y detenerse donde quiera. A pesar de que el baile estuviese tan planificado, pudimos improvisar hasta que dimos con la toma. La razón por la que Jacques dice que fue difícil es porque el trabajo de cámara fue un auténtico desafío. Trabajamos con el operario de Steadicam [operador] Sacha Naceri, que ha hecho unas pocas películas, pero es una estrella en el mundo de los videoclips. Jacques y yo nos miramos y decidimos lo siguiente: “Hagamos que Zoe y Sacha trabajen juntos”. Y así lo hicieron. Optamos por una lente con muy poca distancia focal, de 20 mm, y dividimos la música en ocho fragmentos. Con esas ocho piezas tuvimos ocho tomas maestras en las que la cámara se movía muy rápidamente, deteniéndose repentinamente muy cerca de su rostro.