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miércoles, 8 de octubre de 2025

The man who dared, la primera figura ecuánime en el cine de John Sturges

 

En su filmografía se puede apreciar, más allá de que le asignaran obras con ciertas características con las que le asociaban por sus capacidades y cualidades, o fueran controladas y producidas por él, que la integridad es su epicentro, y la mirada o actitud ecuánime la dinamo o perspectiva. Su primer protagonista, en su ópera prima The man who dared (1946), el periodista Donald Wayne (George Mcready) es calificado como el cruzado. Su motivación: la integridad ética. No considera justo que se juzgue, condene, con pruebas circunstanciales, e inicia una cruzada para dejar en evidencia esa falta del sistema judicial. En una de las primeras secuencias, un personaje secundario lee un libro de Kant, La crítica de la razón práctica, en la que el filósofo escribió: Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad siempre pueda valer al mismo tiempo como principio de una legislación universal. La motivación de Wayne es tanto la empatía, el desafortunado destino de los juzgados apresuradamente (no por inapelables hechos), como la consecución de que su perspectiva ecuánime sea considerada como concepción inspiradora (por el beneficio que puede reportar a otros). Su ecuanimidad es desinteresada. No acepta resignado y sumiso el imperativo de una ley instituida sino que prioriza la ética propia que se manifiesta discrepante y cuestionadora ya que considera que la ley, por sus preceptos y métodos imperativos, no es adecuadamente sensible ni justa con respecto a los juzgados.

 Se dedica un apartado en John Sturges. La mirada ecuánime o depende de a qué se llame mirar (Providence) a la ecuanimidad, a las figuras que la representan en su cine como Tamiko (Una muchacha llamada Tamiko), Linda (El último tren de Gun Hill), Chris y Vin (Los siete magníficos), como dejan patente ya en la secuencia introductoria, John André (Duelo de espías), Mallory (El signo de Aries), Carey (Mares de arena), Garvey (Cruce de derecha), Chino (Caballos salvajes), Farraday (Estación Polar Cebra), Keith (Atrapados en el espacio), Steiner (Ha llegado el águila) o Oliver Wendell Holmes (The magnificent yankee), conocido como El Gran Disidente en el Tribunal Supremo del que formó parte, y que escribió que "Si hay algún principio de la Constitución que más imperativamente requiera el apego que cualquier otro es el principio del pensamiento libre, no el pensamiento libre para los que están de acuerdo con nosotros, sino la libertad para el pensamiento que odiamos". La ecuanimidad se define por la flexibilidad, y por lo tanto, la capacidad de rectificación de las convicciones o percepciones. Sturges buscaba el autocuestionamiento, en términos individuales o colectivos, la perspectiva que evitara la justificación, o autoindulgencia, en una pertenencia o posición. Por eso, la modificación de actitudes, o percepción y concepción (de los hechos, de la realidad, de ellos mismos, o de los otros), es una constante fundamental en su obra.

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