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lunes, 24 de septiembre de 2012

Everett Sloane, la inquietante mirada de un rostro de permanente perfil


Everett Sloane, gran secundario, de rostro aguileño, que parecía de perfil incluso de frente, es recordado ante todo ( o ha quedado como figura inónica, con muletas, en la memoria cinéfila oficial, en lo que ha puesto su homenajeador granito de arena Woody Allen en Misterioso asesinato en Manhattan) por su personaje de criminalista, millonario, esposo del personaje de Rita Hayworth, que muere multiplicado entre los reflejos de espejos que se quiebran, en la tan artificiosa como discreta La dama de Shangai (1948), de Orson Welles. Con Welles había debutado precisamente en el cine, como compañero de andanzas periodísticas, en la sobrevalorada Ciudadano Kane (1941). Aunque sus primeros pasos en la interpretación los había dado a mediados de la década de los 20. Pero decepcionado por las malas críticas que recibieron sus primeras actuaciones teatrales, optó por la dedicación de corredor de bolsa. Aunque el Crack del 29 determinó que probara de nuevo suerte en la actuación, uniéndose al Mercury theatre, la compañía de Orson Welles. Sloane es otro de esos actores que no parecen que hayamos visto jóvenes en la pantalla, aunque tenía treinta cuando intervino en Ciudadano Kane. En esta década se dedicó ante todo al teatro  (incluso dirigiendo alguna obra), realizando esporádicas apariciones en el cine. De nuevo, con Welles, en Estambul (1943), de Norman Foster o en la extraordinaria El príncipe de los zorros (1949). Serían ya más frecuentes sus trabajos en la siguiente década: Hombres (1950), de Fred Zinnemann, Sin conciencia (1951), de Bretaigne Windust (y Raoul Walsh), Sirocco (1951), de Curtis Bernhardt, Rommer, el zorro del desierto (1952), de Henry Hathaway, Martín el gaucho (1952), de Jacques Tourneur, The big knife (1955), de Robert Aldrich, Marcado por el odio (1956), de Robert Wise, El loco del pelo rojo (1956), de Vincente Minelli o The gun runners (1958), de Don Siegel. Lo compagino con intervenciones en series o producciones televisivas, como en The Alfred Hitchcock presenta o El zorro (como son recordadas sus lecturas de El gran Gatsby de Scott Fotzgerald para un programa de la NBC en 1955). Entre 1960 y 1961 puso la voz a Dick Tracy en una serie de animación, y protagonizó un estupendo episodio de The Twilight zone (The fever, 1960, Robert Florey). Participó en Con él llegó en el escándalo (1960), de Vincente Minelli, de ejecutivo de cine Pygmalioniano en Jerry calamidad (1964), de Jerry Lewis y en Caso clínico en la clínica (1965), de Frank Tashlin. A causa de un glaucoma, le diagnosticaron una ceguera irreversible. Sloane cayó en la depresión aguda, y optó por el suicidio, a los 55 años, en 1966.

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