Humphrey Bogart enciende el cigarrillo de su querida Lauren Bacall en una pausa de rodaje de 'El sueño eterno' (The big sleep, 19469, de Howard Hawks.Es una maraña y es un juego. Es un festival de frases agudas e ingeniosas, una inmersión en la noche esculpida con trazos de acero. Un sinuoso recorrido de callejones sin salida, un mapa de contendientes que intentan dar un golpe a la banca de la vida. Apariencias que ocultan cajas chinas y montañas rusas en las que el ojo que descifra se despeña en trampantojos. Y, entremedias, una conversación, una lid que es tanteo, entre Marlowe y Vivian, dos espadas que hacen de la palabra exploración y distracción, reto de ingenio que sedimenta la mirada cómplice, contrato tácito que liberara de las ataduras de su deriva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario