Otto Preminger dando instrucciones a Charles Laughton durante el rodaje de una de las secuencias de la magnífica Tempestad sobre Washington' (Advise and consent, 1962), a la que considero la más brillante y corrosiva aproximación al universo de la política. Al final, sólo queda el escenario y esa ilusión de movimiento de figuras sin identidad en el 'teatro' del congreso. Espectros en espera de un nuevo drama.
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