domingo, 13 de septiembre de 2015
Furia
Erase una vez un hombre que creía en la justicia, que el ser humano es una criatura civilizada y que su país era mejor otros, pero desgraciadamente comprueba en sus propias carnes que nada de eso es cierto cuando es detenido como sospechoso del secuestro de un niño e impotente es testigo de como el ciego populacho asalta la cárcel para lincharle y la incendia como quemaba a los que acusaban de brujería la inquisición de los primeros colonos de un país joven como Estados Unidos. Joe (Spencer Tracy) decide dar una lección a todos aquellos que participaron en la jauría humana de rostros ávidos de sangre, con ojos brillantes de placer por la violencia desplegada sin freno, la satisfacción de la crueldad, la destrucción y el ejercicio del daño, por lo que decide simular su muerte para que sean enjuiciados y condenados por asesinato, aquello que deseaban realizar, aquello que no lograron hacer porque el azar posibilitó su huida, aunque sí la muerte de su perrita Terry (pero a una vida animal no se le da el mismo valor). 'Furia' (Fury, 1936) es la primera obra de Fritz Lang en Estados Unidos. Huía de un país en el que el nazismo ascendió al poder en 1933, el mismo año del linchamiento de dos sospechosos del secuestro y asesinato de una niña, Brooke Hart, que inspiró tanto esta película como la posterior, y también excelente, 'The sound of fury' (1950), de Cy Enfield.
Norman Krasna leyó la noticia de ese ajusticiamiento en plena calle, ahorcados y quemados ambos sospechosos, y decidió contar al productor Joseph L Mankiewicz el argumento que le inspiró. Posteriormente, Bartlett Cormak y Lang lo convertirían en guión. Lang quería que Joe fuera abogado, pero los productores preferían que fuera un hombre más corriente, por lo que acabó siendo un mecánico. También influyeron en añadir unos planos finales que subrayaran en la secuencia final la reconciliación con la mujer que ama, Katharine (Sylvia Sidney), para amortiguar la crudeza. En los primeros compases, Lang condensa con esa gran capacidad de sintesis que caracterizaba su cine la circunstancia precaria en la que se encuentra la pareja que conforman Joe y Katharine. La necesidad de conseguir dinero determina que tengan que separarse durante varios meses. Un anillo sella su alianza sentimental, los cimientos de su proyecto de vida juntos, un objeto que no dejará de tener su relevancia en las secuencias finales, ya que determinará que Katharine advierta que Joe está vivo, sobre todo por el detalle de su error con la palabra 'Memento', ya que ese error lo advierte en la carta anónima que ha enviado el anillo. Un error de escritura con la palabra que significa 'recuerdo' posibilitará que Katharine consiga que Joe recuerde su condición de ser vivo, ya que el dolor, la decepción sufrida, le había convertido en un espectro, un fantasma que sólo escupe con furia la desesperación del padecimiento.
En las secuencias previas se sintetiza ese sentimiento que se comparte también a través de la planificación. En su conversación de despedida, un corte de plano a Katharine evidencia cómo está apuntalado en los cimientos del tiempo su vínculo amoroso, y el siguiente plano, que realiza una leve panorámica que parte de Joe define cómo es ese amor el que dota de movimiento a su vida. Por eso, el cuestionamiento de Katharine, cuando descubre que está vivo, oculto en las sombras desde las que trama su venganza (como una sombra que se cierne es su primera aparición tras el linchamiento cuando se presenta a sus hermanos), le propulsará de nuevo hacia la vida, hacia la compasión que le distancie del comportamiento de aquella jauría humana, porque, al fin y al cabo, su venganza le vincula a ellos, su elaborada saña de lenta cocción le asemeja a la saña con la que la jauría humana desplegó su espontánea violencia.
Uno y otros, protagonistas de un escenario, evidenciado en el uso en el juicio de las imágenes grabadas por el equipo de reporteros, con uso incluso de imágenes congeladas para identificar a los participantes en el asalto y linchamiento (recurso que no se había utilizado en el cine ni tampoco aún en los juzgados). Si aquella jauría se sentía los protagonistas de una película como si pudieran influir en la realidad con su acción, Joe es un director de puesta en escena que simula y manipula las apariencias aunque sea para realizar un acto de justicia, de todos modos mediatizada, ya que no está muerto. Pero si desvela la naturaleza y condición real de aquellos que participaron en el linchamiento. Del mismo modo, que Katharine le liberá de la enajenación de su obcecado propósito. Lang realiza su primera película en otro país para plantear que la abyección que se consolidaba en el propio no era excepción sino reflejo de una tendencia de la naturaleza humana, que prioriza el comportamiento sanguineo, el impulso, y ejerce la violencia más que propulsa la justicia. La civilización es el camuflaje de una bestia agazapada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario