Birgitte Federspiel, danesa, la actriz que ha dado el beso más (canibalmente) sensual de la historia del cine, en la resurrección de la secuencia final de 'Ordet' (1955), de Carl Dreyer. 32 años después era Martine, una de las dos hermanas de 'El festín de Babette' (1987), de Gabriel Axel, quien tardiamente tomaba consciencia de la sensualidad que desaprovechó vivir, pero con la sonrisa de la conciliada templanza que sabe reconocerlo ante quien ha vivido desde entonces como recuerdo de una promesa de resurrección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario