sábado, 13 de junio de 2015
Jurasic world
'Seguridad no garantizada' (2011) era el título de la anterior obra de Colin Trevorrow. Podría ser también el de la cuarta entrega de la franquicia de Parque Jurásico, 'Jurasic world' (2015). Se insiste en no dejar de poner en cuestión el afán del ser humano por el control. El mismo multitudinario parque temático representa, en el ámbito recreativo, el apuntalamiento de la relación virtualizada con la realidad, definida por la sensación de inmunidad. La vida salvaje primitiva, el caos, todo encapsulado en unas jaulas y unas atracciones de feria. La realidad bajo control, la amenaza siempre en la distancia. Vivimos entre pantallas y vallas. Hay varios personajes que representan ese afán compulsivo de control y dominio, sobre los que se dispara los dardos corrosivos, la ejecutiva al cargo del parque, Claire (Bryce Howard Dallas) prototipo de mujer que ha alcanzado una posición de poder y adopta los mismos síntomas infecciosos que cualquier hombre que ha detentado esas posiciones, distancia de las emociones y sentimientos, distancia de la realidad la cual ya es una mera aplicación que debe ejecutarse del modo más funcional. La vida es su trabajo, y los beneficios que reporta la consecución de su misión. Los cuerpos son cifras, las cifras no sufren ni sangran. La realidad es una pantalla en la que cada elemento cumple su cometido. Si se produce una avería debe arreglarse. Por otro lado, Hoskins el representante de la compañía Ingens, un entusiasta apólogo de la vida como combate permanente. La sustancia de la naturaleza es la lucha, y además en ello reside el gozo. Por eso, en los velocirraptores encuentra la perfecta criatura que lo representa. Pueden ser la perfecta máquina de matar, y si pueden ser amaestrados, por tanto controlados, por qué no utilizarlos para servir a los intereses patrios frente al enemigo. El reptil económico y el reptil ideológico.
Entre medio de ambos está el amaestrador de los velocirraptores, Owen (Chris Pratt), quien no tiene ningún afán instrumentalizador como de un modo u otro tienen Claire y Hoskins en su relación con la realidad. Pero mientras en Hoskins no hay posibilidad de superar ese lastre de mezquindad vital, porque piensa que la evolución se mide por el grado de sofisticación de las armas que utilizas para dominar, si la hay en Claire. Esta vivirá el mismo trayecto dramático de proceso liberador que el doctor Grant (Sam Neill) en la primera entrega dirigida por Steven Spielberg en 1992.Ninguno tiene inclinación por fundar familias, por ser padre o madre. Tienen ya rígidamente establecida la cuadrícula de su mundo. En el trayecto narrativo ambos modificarán su perspectiva. Claire descubrirá que los cuerpos no son cifras, cuando es testigo de la agonía de un dinosaurio. Se desprenderá de su vestuario de mujer de negocios de aspecto impoluto e impecable, e incluso será resolutiva cuando salve la vida del caballero andante (en moto u otro vehículo motorizado), Owen, momento en el que, por supuesto, él la besará como se besan las mujeres y los hombres de las cavernas con el instinto al aire (no el resto, ya que van vestidos correctamente, aunque ya un poco desastrados). Hay quien apuntaría que él la besa cuando ella tiene un gesto prototípicamente viril (descargar varios tiros con una metralleta a un reptil alado). Se masculiniza al modo del hombre de acción con aliño de hombre salvaje (pero eso sí, honesto). Aunque no deja de ser otro resorte dramático que intenta recuperar el contraste entre personajes antagónicos de las comedias de los treinta o cuarenta (pero con menos ingenio y mucha menos mordiente)
Porque si algo también hay que decir de 'Jurasic world' es que la singularidad no está garantizada. El parque necesita una variante más original de dinosaurio para atraer más publico, por lo que se ha creado una variante de dinosaurio de laboratorio con algunos ingredientes desconocidos en su peculiar, y más peligrosa, mezcolanza. Pero la película no ha encontrado nuevos ingredientes que logren diferenciarla de las anteriores producciones de la franquicia, o de otras películas con parecidos recurrentes patrones, desde la comedia de los treinta y cuarenta a comandos militares enfrentados a peligrosas criaturas, con resonancias musicales que recuerdan a 'Aliens' (1986), de James Cameron, cuando un comando se va a enfrentar al dinosaurio fugado, pasando por el aún menos estimulante uso de las dos figuras infantiles. Realmente no supera a las tres anteriores propuestas pero tampoco desmerece de ellas. De la primera se puede recordar el ataque del tiranousario y el asedio final de los velocirraptores, de la segunda el ataque de estos entre la alta hierba o del tiranosaurio en el precipicio, y de la tercera el enfrentamiento en la parte final con los pterodáctilos. En esta última brilla cuando la atracción de feria se despliega en las primeras secuencias de enfrentamiento con el prófugo dinosaurio mutante. Pero es un brillo que se olvida en cuanto se sale de la sala oscura.
Creo que cae en tonterías al final, pero la verdad es que me distrajo. Me esperaba un bodrio y me distrajo.
ResponderEliminarBuen blog. Te sigo.
Muchas gracias por tus palabras con respecto al blog. Y sí, también me resultó amena. En general, las cuatro realizadas. Incluso, puede que sea la tercera la que más me sigue entreteniendo cuando la reviso.
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