jueves, 20 de noviembre de 2014

La grisura del estilo de Mike Nichols y los destellos interpretativos



Sobre cualquiera de las insípidas películas que realizó Mike Nichols podría decir casi lo mismo que escribí acerca de su última obra, 'La guerra de Charlie Wilson' (2007): No es sino otro ejemplo de película en la que uno piensa, tras acabar de visionarla, en la que hubiera podido ser...Pero ¿Por qué?...Por la 'inconcreción' o 'indefinición' de su tono, o mirada...Una narrativa apergaminada, cuando supuestamente es una satira, y con una cámara que planifica como si fuera la cámara de un noticiario...una mera cámara 'registradora'...No es que se busque un distanciamiento, para rehuir el teledirigir al espectador sino que se sobrevuela, con esta apagada correción, lo narrado, como quien enuncia con el automático puesto, telegrafiando ideas, sin hacer uso de una voz, o mirada personal...un ojo que no es que pretenda ser neutro, sino que más bien parece neutralizado'. Aún así propició alguna que otra memorable interpretación como las de Richard Burton en '¿Quién teme a Virginia Wolf' (1967), Anne Bancroft en 'El graduado' (1968), 'Clive Owen en 'Closer' (2004), o Philip Seymour Hoffman en 'La guerra de Charlie Wilson.

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