Lo de Aki Kaurimaski ayer en el Centro Reina Sofía no fue una 'Master class' sino una 'Master performance class'. Su despliegue de socarronería, mordacidad, ironía hace de cualquier actuación en 'El club de la comedia' un pálido reflejo. Su representación de cuán diferente es un actor que no fuma (ojos desorbitados cual zombie pasmado) de un actor de fuma (pose de 'interesante' con mirada entrecerrada de aire meditabundo hacia el infinito escorado en una esquina) fue todo un hito. Tras proyectarse una escena de 'Sombras en el paraíso' que transcurre en el supermercado, cuando le preguntaron sobre el particular uso del color en su cine, replicó: 'Era el color del supermercado'.
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