miércoles, 2 de mayo de 2012
El contrato del dibujante
Dibujo 1: Representación, farsa, escenario, biología, escatología. Graham Swift escribió en su excepcional 'El país del agua', 'somos historias y pedazos de carne'. Los títulos de crédito de 'El contrato del dibujante' se combinancon planos fijos de varios aritóscratas ingleses, de finales del siglo XVII, y un 'cuerpo extraño', el pintor y dibujante Neville (Anthony Higgins), Dibujo 2: Contratos, intereses, poder, humillaciones, categorías. 'Las relaciones son un intercambio de egoismos simulados' escribió Max Frisch en 'Digamos que me llamo Gantenbein'. Neville es un deslenguado que se permite cualquier irreverencia porque sabe cómo valoran su arte, seña de distinción que le permite actuar como quiere y solicitar los privilegios que desea, incluso los de la complacencia carnal, cuando sea solicitado, contratado, por Mrs Herbert (Janet Suzman) para realizar doce dibujos de distintos ángulos de la mansión.
Dibujo 3: Encuadre, percepción, discernimiento, inferencia, manipulación. Neville utiliza una especie de encuadre, hecho de cuadriculas. La realidad es como las piezas de un puzzle. Se modelan según unos preceptos a los que hay que ajustarse, cada uno en su cuadrícula, o posición,en el tablero de las relaciones con/en la realidad. La arrogancia ciega a quien cree que domina el escenario, que traza el encuadre, que rige el objetivo, como le pasa a Neville, quien cree que tiene la batuta. No advierte los 'elementos extraños',disonantes, en el encuadre, que 'aparecen' como poiblesinterrogantes; en cada escenario aparecen prendas del dueño de la mansión, Mr Herbert, al que se supone de viaje, o una escalera que conduce a su ventana. Pero la mente de Neville no se interroga. Cautivo de la cuadricula de su mente no advierte lo que se teje en fuera de campo, lo que traman otros ojos, otras mentes, que él piensa que son piezas de la representación que domina, sin saber que él es una pieza en otra representación, en la que los cuerpos extraños son sacrificables (las sombras que rigen el encuadre en el plano que firman el contrato son premonitoria).
Dibujo 4. Estatuas que se mueven, hombres desnudos que actúan como estatuas, que cumplen su papel, que ajusta bien su pene, y orinan como si fueran una fuente, cuerpos que se confunden con el entorno, parte integrante, enigmas. Piedra, papel, y unos ojos abrasados. Los contratos con la realidad disponen de ciertas clausulas, más que invisibles en letra muy pequeña o dificilmente descifrables, confundidas con el entorno de clausulas. Quien manda marca las pautas, y no se permite que el trabajador controle, dirija, trame o represente el escenario, el encuadre, como él quiera. Su posición es la de acatar, subordinado, ciego, o sino muerto.
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