Humphrey Bogart, Lauren Bacall y Martha Vickers, durante el rodaje de 'El sueño eterno' (1946). Es otra de las comedias hawksianas encubiertas, como alguno de sus westerns lo eran también. Es una maraña y es un juego. Adaptación de la portentosa novela de Raymond Chandler, es un festival de frases agudas e ingeniosas, una inmersión en la noche esculpida con trazos de acero. Un sinuoso recorrido de callejones sin salida, un mapa de contendientes que intentan dar un golpe a la banca de la vida.
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