Plácidas pausas de rodaje: Clint Eastwood, meditaciones elevadas

matar' (The Eiger sanction, 1975). Aunque aquí no fueran muy fructíferas, ya que no es una de sus obras más señeras. Pero las cotas de su cine siguen siendo muy elevadas, como demuestran las obras de esta últma década (jugando sutilmente con las corrientes entre las rocas de la trama, con las que hay que afinar el ojo de aguila de la percepción sin dejarse llevar por las apariencias como es el caso de la última que despista hasta a quienes se califican de expertos, por lo tanto, se revelan como presuntos): Qué incomensurablemente bello el detalle de las manos entrelazadas de la pareja protagonista en los planos finales, como el delta en el que derivan entrelazándose, fundiéndose, las diversas corrientes (narrativas, emocionales).