El nacimiento de un plano. Billy Wilder 'tantea' el encuadre, el plano picado que culmina esta secuencia que es umbral de giro en 'El crepúsculo de los dioses' (1950), el momento en que Gillis cede al chantaje emocional de Norma, que ha intentado suicidarse tras que Gillis haya decidido acudir a una fiesta, desafiando a la correa de su control, ya que Norma pretende que ella sea el centro de atención del 'objetivo' de la cámara de su mirada, su único foco, sin abandonarla, o dispersar su atención, en el 'fuera de campo' de los otros.
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