Fritz Lang y Henry Fonda durante el rodaje de la magistral 'Sólo se vive una vez' (You only live once, 1937). Pocas obras han alcanzado este lírico y sombrío hálito trágico en el retrato de dos figuras excluidas a las que el implacable y miserable sistema no les deja espacio para habitar. Lang extrae toda su artillería expresionista de sombras duras, en una narración que llamea. Sin duda, una de sus más intensas y desgarradas. Una ácida visión de la sociedad (supuestamente) representante de la democracia y las segundas oportunidades de alguien que venía huyendo del poder nazi emergente.
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