Fredric March y Carole Lombard en una sugerente imagen promocional de 'La reina de Nueva York' (Nothing sacred, 1937), de William A Wellman.'Esto es New York, campeona mundial de los rascacielos, donde los aduladores y embaucadores se venden ladrillos de oro los unos a los otros, y donde la Verdad, aplastada contra el suelo, se alza de nuevo más falsa que un ojo de cristal'. Estas son las palabras con que comienza esta irreverente y ácida comedia, cuyo título original es más elocuente y contundente ‘Nothing sacred’ (Nada sagrado). ¿Han cambiado mucho las cosas desde entonces?.
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