jueves, 2 de septiembre de 2010

En la ciudad blanca

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En la ciudad blanca, el tiempo se expande, flexible, como un fluido. La maquinaria cesa, los nombres se diluyen, no hay pasos marcados. No hay rígida cartografia, no hay lunes, no hay estaciones, no hay horas vespertinas, no hay segundos indefinidos. El tiempo es una corriente donde uno se sumerge.Los momentos saltan y nos atrapan con su latido, y jugamos con sus sabores y sus mareas. Palpamos al acecho los rincones del tiempo, cada esquirla y cada suspiro. Todo nace a nuestra mirada, con la cara lavada, sin maquillajes de cadenas de horarios. En la ciudad blanca los momentos respiran y los vivimos en su radiante desnudez.'En la ciudad blanca' (1983), de Alain Tanner, con Bruno Ganz, es la exploración de un mundo sin brújulas y con un intangible diapasón. Paul (Bruno Ganz) abandona el barco donde trabaja de maquinista, desembarca en Lisboa, y se deja mecer por las olas de una deriva, la de dejarse llevar por las sensaciones, el fluir incierto.
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Su lazo con el mundo que deja atrás, son las cintas con las imágenes que graba en sus recorrido, al acecho de los instantes, de los tránsitos, y que envía a su esposa en Suiza. Las cortinas se mecen con el viento. Las olas del mar acompasan el diálogo de dos cuerpos desnudos. La música de una armónica dibuja trazos invisibles en una terraza que es horizonte. A la deriva. Quizás, y esa interrogante palpita entre las serenas imágenes de esta búsqueda de la sensación verdadera fuera del mundo regido por las casillas y el tedio, quizás la deriva tenga un límite, pues la errancia sin fin tambíén puede implicar el extraviarse. Quizás en el equilibro resida la alquimia, aunque parezca que en este mundo se ahogue las exploraciones que rompen con el tiempo cosificado, con las sensaciones angostadas en el hábito.
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‎'En la ciudad blanca' (Dans la ville blanche, 1983), es una de las más bellas obras de Alain Tanner, cineasta un tanto olvidado y que dio otras grandes obras como 'Messidor' (1979) o 'Una llama en el corazón' (1987). Una cautivadora obra sobre el tiempo,el hábito y sus rupturas, y sobre la recuperación de la mirada. El tiempo que fluye, el tiempo mecánico. La búsqueda del momento de la sensación verdadera.

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