jueves, 2 de septiembre de 2010
Bette Davis, entre la loba y la mendiga
El talento de Bette Davis se puede condensar considerando dos interpretaciones tan contrastadas como el feroz personaje de 'La loba' (1941), de William Wyler, y la quebradiza indigente de la maravillosa 'Un gangster para un milagro' (1961), de Frank Capra. Entremedias, se podría considerar una de sus interpretaciones que labraron su fama la de la actriz tan temperamental como vulnerable de 'Eva al desnudo' (1950), de Joseph L Manckiewicz. Quizá sean su inclementes personajes de los melodramas los que han determinado más su imagen, pero demostró sus capacidades en personajes más suaves o dulces, como 'El cielo y tú' (1940) de Anatole Litvak o 'El hombre que vino a cenar' (1942), de William Keighley. Su reconocimiento vino con 'Cautivo del deseo' (1934), de John Cromwell, aunque su éxito suscitaría conflicto con la Warner con quien estaba bajo contrato, porque se había rodado con otro estudio. Tras irse a Inglaterra y perder la lid judicial, vio, en cambio reforzada su posición en la industria. Rodaría la estupenda 'Juarez' (1939), de William Dieterle, y alguna de sus más afamadas interpretaciones como 'Jezabel' (1938) y 'La carta' (1940), ambas de Wyler. A finales de los 40 entró su carrera en crisis, aunque interpretara la estupenda 'Más allá del bosque' (1949), de King Vidor, revitalizada con su personaje de Mankiewicz, aunque durante los 50, sufrió problemas de salud, con su mandíbula, y su carrera tendría un resurgir en los 60 con los granguiñoles de 'Qué fue de baby Jane' (1962) y 'Canción de cuna para un cadáver' (1965), ambas de Robert Aldrich, aunque más brillante sea 'A merced del odio' (1965), de Seth Holt, probablemente una de sus más inquietantes y brillantes interpretaciones.
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