Rudy Vallee, el millonario impávido y el megáfono

Rudi Vallee creó un pesonaje que puede entrar en cualquier antología de la comedia norteamericana,el millonario John D. Hackensacker III en la estupenda 'Un marido rico' (1942), de Preston Sturges, tan cortés como imperterrito, nada nunca le alteraba, aunque le rompieran repetidas veces sus anteojos ( incluso cuando ponían un pie sobre su cara para auparse), o la mujer a la que corteja elija a otro hombre (aunque haya gastado ella incontable dinero). Su vida es tan metódica como sus minuciosos listados de cada pequeña cosa que gasta. Quizá fuera un dibujo animado. Podría haber dicho al final 'nadie es perfecto' y no hubiera desentonado.
Rudy Valle fue popular desde los años veinte, y durante los treinta, por sus programas de radio (en el que un elemento recurrente era un megáfono). Gracias a la gran obra de Sturges, durante los cuarenta logró papeles de relevancia en el cine, como,de nuevo con Sturges, en la excelente 'Infielmente tuya' (1948), o en 'El solterón y la menor' (1946), de HC Potter.