Juliette Greco, musa existencial

Juliette Greco fotografíada por Cornel Lucas. Apodada por la prensa 'La musa de los existencialistas' sus anhelos en principios iban dirigidos al arte de la interpretación, pero la insistencia de Jean Paul Sartre en que se dedicará a la canción logró su proposito (pese a que ella opinara que no sabía cantar y, aparte, le disgustara la música que escuchaba entonces, a finales de los 40, exceptuando Ives Montand). Su dificultad para encontrar composiciones que se ajustaran a su estilo determinó que descubriera a autores como Serge Gainsbourg o Jacques Brel. También se dedicó al cine, en obras como 'Orfeo' (1949), de Jean Cocteau, 'Cuando leas esta carta' (1952), de Jean Pierre Melville, Elena y los hombres (1955), de Jean Renoir, para la que escribió canciones, 'Buenos días, tristeza' (1958), de Otto Preminger, con una breve intervención cantando, 'The big gamble' (1960), de Richard Fleischer, 'Las raíces del cielo' (1958), de John Huston o 'Fiesta' (1957), de Henry King.