miércoles, 19 de mayo de 2010
Joanne Woodward, cristal y rayos
La muy intermitente carrera de Joanne Woodward, sobre todo a partir de los 70, tiene un frecuente denominados común, las colaboraciones con su marido Paul Newman, como compañero de reparto o dirigida por él. De hecho, algunos de los mejores papeles de su carrera son en las películas de Newman, como en la opera prima de éste, 'Rachel, Rachel' (1968), que también se planteó como una forma de revitalizar la carrera de Woodward, 'El efecto de los rayos gammas sobre las margaritas' (1970) o 'El zoo de cristal' (1987). Woodward ganó un Oscar con una de sus primeras películas, 'Las tres caras de Eva' (1957), tras que su director,Nunally Johnson apostara por ella, y pese a las reticencias del estudio, la Fox, que al ver que Judy Garland y Susan Hayward rechazaron el papel accedió a la decisión de Johnson. Entre las numerosas obras en las que compartió pantalla con Newman, sin ser tampoco grandes obras, destacan 'Un marido en apuros' (1958), de Leo McCarey, 'Con el agua al cuello' (1975),de Stuart Rosenberg o 'El largo y cálido verano' (1963), de Martin Ritt. Obra a revalorizar fue la comedia excéntrica 'Un loco maravilloso' (1966), de Irvin Kershner, con Sean Connery. Curiosa es 'El destino también juega' (1966), de Fielder Cook, en el que brilla el estupendo reparto, e interesante 'Piel de serpiente' (1960), de Sidney Lumet. Fue la narradora de la controvertida, y excepcional, 'La edad de la inocencia' (1990), de Martin Scorsese.
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