sábado, 31 de octubre de 2009
Pánico en las calles
Al realizar la autopsia del cadaver de un hombre asesinado, se descubre que estaba infectado por la peste. Se desconoce su identidad, sólo se sabe que es un inmigrante, y se hace necesario el encontrar a los asesinos en un plazo de 48 ahoras antes que empieze a propagarse el contagio. No deja de ser una maliciosa ironía que sea inmigrante, y más cuando el doctor protagonista (excelente Richard Widmark) brega con la frustración de su vida precaria y sin haber logrado cumplir sus sueños. El ambiente precario, descrito con una física inmediatez, de los barrios de inmigrantes serán el espejo en el que se confronte para que asuma cómo su amargura la estaba descargando en lo demás.
'Pánico en las calles' (Panic in the streets, 1950), de Elia Kazan, puede que no sea una de sus obras más renombradas,pero la considero una de sus más notables películas. Narrada con nervio, ya desde la primera secuencia del crimen en los muelles, hasta la magnífica persecución final en el almacen que acaba en las aguas bajo el mismo, conjuga las rugosidades del cine negro y sus subterráneas radiografías de una crispada sociedad, con la inmediatez del documental, incluida la cotidianeidad que transpiran las secuencias de conflictos domésticos de la familia del protagonista. Entre sus imágenes queda registrada las convulsiones de una sociedad en crisis que empezaba a estigmatizar al diferente.
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