Crossing (2023), cuarto largometraje del cineasta sueco, de ascendencia turca, Levam Akin, es una historia de búsquedas, aunque sean diferentes sus propósitos, y es una historia de cruces, casuales, que determinan provisionales alianzas, y conexiones, que quizás, en algún caso, puedan ser duraderas. El primer cruce es el de Lia (Mzia Arabuli), una profesora en busca de su sobrina transexual, tras el fallecimiento de la madre de ésta, con el joven Achi (Lucas Kancava), cuando su hermanastro la reconoce como su profesora y la alude mientras ella busca en esa zona en la que sabe que vivió su sobrina. Achi se unirá a ella en su viaje a Estambul en busca de su sobrina. Achi, aparentemente, por lo que dice, quiere buscar a su madre, a la que no ve hace años, así como se supone que dispone de una posible dirección de la sobrina en la que buscarla. Pero, como más tarde se revelará, más bien buscaba el modo de abandonar esa casa y encontrar un trabajo en Estambul. Utiliza a Lia como excusa para realizar el cambio deseado de escenario de vida, pero en el trayecto se irá afianzando un vínculo entre ambos, como si, respectivamente, fueran la proyección, respectivamente, de su sobrina y madre, reflejo de su mutua necesidad de crear un vínculo afectivo.
El otro cruce es el que realizan ambos con la abogada, transexual, Evrim (Deniz Dumanli), quien cuando se crucen sus trayectos ayudará a Lia en la búsqueda de la sobrina. Es particularmente brillante el modo de introducirla. Cuando Lia y Achi entran en el ferry, en su trayecto hacia Estambul, la cámara les abandona y recorre los vericuetos de los diversos pasillos del ferry, como si se abriera a los otros posibles cruces que el desplazamiento posibilita. Encuadra, de nuevo, a Lia y Achi, quien se inclina sobremanera hacia el agua, hasta que Lia le insta a que se eche para atrás, y un nuevo encuadre muestra a Evrim, en el piso de arriba. La realidad es un semillero de posibles cruces en insospechados vericuetos. La narración, a partir de entonces, proseguirá los dos trayectos.
Por su parte, Evrim conocerá a un taxista con quien mantiene una relación sexual que, en posteriores nuevos encuentros, o cruces casuales, insinua una posible relación de mayor calado. Y además, parece reflejar, lo que ha podido ser la vida de la sobrina de Lia. Aunque, en el caso de Evrim, ha sido alguien que ha superado su circunstancia, con estudios universitarios, y se plantea la abogacía como asistencia y lucha social (de hecho será a través de un niño que conoce, el cual mendiga con su guitarra, a través del que conozca a Lia y Achi). El trayecto de Crossing es el de una narración sin conclusión sobre personajes en movimiento y proceso de definición de su circunstancia de vida. Cada uno de los tres proseguirá su trayecto de vida. Achi con la búsqueda de trabajo. Evrim con la ilusión de una posible relación y su lucha contra los prejuicios con respecto a la transexualidad y, en sentido amplio, asistencia a quienes por precariedad la necesiten ante la ley. Y Lia con su búsqueda de su sobrina, aunque es consciente de que su trayecto también era el de la asunción de su propia responsabilidad. La deriva incierta de la vida de su sobrina era consecuencia de la falta de rigor y atención necesaria en la educación tanto por su parte como por su hermana.
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