jueves, 18 de septiembre de 2014

El corredor del laberinto (del sopor)

El corredor del laberinto' (2014), de Wes Ball, es menos plomiza que 'Los juegos del hambre' (2012), de Gary Ross, y más insulsa que 'Divergente' (2013), de Neil Burger. Los adolescentes no inspiran el ingenio. Y tan poco estimulante como los melodramas románticos en el que uno de los adolescentes, o los dos, está en fase terminal, caso de las recientemente estrenadas 'Ahora y siempre' (2012), de Ol Parker, con Dakota Fanning (e indigesto y descarado mensaje antiabortista como guinda final), y 'Bajo la misma estrella' (2013), de Josh Boone, a la que insufla algo de vida, como a 'Divergente', Shailene Woodeley (y el personaje y la interpretación de Willem Dafoe; lástima que no empape a toda la narración). 'El corredor del laberinto' no acaba de coger nunca el vuelo, y se pierde en la maraña de los clichés, como soporte para la sorpresa final. Lástima que el trayecto induzca al sopor.

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