martes, 27 de marzo de 2012

Person of interest, Abrams y la pérdida


'Person of interest' es una interesante nueva producción televisiva de JJ Abrams, tras 'Perdidos' y 'Fringe'. De nuevo la idea de la pérdida se revela como vórtice dramático. Con respecto a las dos citadas previas producciones escribí en el artículo, 'El conflicto de una herida', publicado en Imaginario 2011: 'En un episodio de esta temporada de la serie Fringe se señala para diferenciar los dos mundos paralelos que en uno las torres gemelas aún siguen en pié. El conflicto nuclear en la serie es un enfrentamiento entre estos dos mundos que puede conllevar la destrucción de uno de ellos, objetivo de unos, mientras otros buscan la solución conciliadora que no implique la negación del Otro. El que alguien de uno de los mundos diera el salto al otro provocó una disfunción en éste, fisuras que se cauterizan con una materia ambarina, como si se quisiera fosilizar una herida (...)Esa amplitud de ecos, extrayendo una figura del pasado (Sherlock) como solución cauterizadora o en un tiempo paralelo o presente especulativo que confronta al vértigo de lo posible, a una realidad descentrada (Fringe), no dejan de ser un reflejo de cómo los conflictos e Irak o Afganistan, y con la caída de las torre gemelas como evento crucial (desestabilizador de unos cimientos, de certidumbre e inmunidad), adquieren unas resonancias que trascienden el conflicto específico, como una herida abierta o agujero que no logra cerrarse, y en el que se refleja un extravío interior. (...)En otra producción, como Cloverfield y Fringe, de JJ Abrams que culminó este año, la serie Perdidos, con figuras que evidencian esos rescoldos de una herida sin cerrar (accidente de aviación, un iraki que realizaba torturas) más allá que durante el relato parezca fluir entre disgresiones entre constantes y variaciones (¿hay un sentido o todo es aleatorio?), se culmina con una catarsis que es la conciliación con la propia mortalidad, con la asunción de una vulnerabilidad. Con respecto a 'Fringe' (que mantiene su estimulante nivel creatvivo en esta cuarta temporada, tras los 14 episodios ya emitidos), añadir que es la pérdida de un hijo la que motiva ese salto al mundo paralelo, para intentar curar al 'otro' hijo,o evitar su muerte, determinando la 'sustracción de aquel otro hijo que sustituirá en el primer mundo al perdido. El punto de partida de 'Person of interest' encuentra ciertos puntos de contacto con el de 'Minority report'. Hay una máquina que 'avisa' de quien puede sufrir prontamente un daño ( o quizás ser el perpretador); el duo protagonista (Michael Emerson y Jim Caviezel) se esfuerza en evitar que tenga lugar ese crimen, en evitar, por tanto, unas posibles pérdidas de vida. La serie ha ido progresando en interés, gracias al sugestivo trazo de la pareja protagonista, de sus contrastes, así como a la hábil dosificación de la revelación (aún entrevista) de las zonas oscuras de su pasado (dos caballeros andantes o ángeles protectores con turbulentas zonas en sombras), es decir, lo que se denomina las tramas no episódicas sino a largo plazo, en especial lo relacionado con el personaje encarnado por Michael Emerson (creando otro gran personaje como el de 'Perdidos'; de hecho, la serie acrecentó considerablemente el interés desde su aparición a finales de la segunda temporada; lástima que la sexta temporada fuera más irregular y su conclusión no muy estimulante). Por otra parte, el incremento de presencia dramática de la pareja de policias (sobre todo el encarnado por Taraji P Henson) ha influido también en dotar de más amplitud y relieve al arco dramático, o a los contrastes. Conclusión: otra sugestiva materialización del forcejeo de unos fantasmas emocionales, la empecinada búsqueda de predecir, evitar o afrontar la catástrofe, la pérdida, de asumir nuestra irrevocable fragilidad y vulnerabilidad, de nuestros propios límites, la imposibilidad del control sobre el destino (a la vez que sentir que aún se pueden corregir los errores, que hay segundas oportunidades para eludir que el horror no se repita, o en reducir al menos sus posibilidades, si se realiza el esfuerzo necesario, si se subordina el ensimismamiento, el egoismo, a la entrega desinteresada a los otros).

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