miércoles, 4 de mayo de 2011
El dinero
'El dinero' (1983), de Robert Bresson está inspirada en un relato de Leon Tolstoi, 'El billete falso'. Bresson prescinde del adjetivo, y abstrae más el concepto, del mismo modo que en su estilo, elimina lo accesorio, elaborando una Ascesis (un vaciado psicológico) que destila lo sustancial. El dinero representa a la realidad Mercado, a la circulación de engaño y corrupción. En una sociedad regida por el absurdo, es decir, por reglas que no se respetan y se transgreden ( por propia conveniencia e interés), y que te determina que te ajustes a tu rol o posición, o dicho de otro modo, la obediencia, resta la adaptación, el aprovecharte como otro de esos recovecos en los que sacar propio beneficio con el engaño (el robo, la depredación, el timo), o la rebelión que es la transgresión terminal, la violencia, el grito desesperado, la oclusión del sinsentido. La realidad es una prisión, y el robo es la caída de máscaras de las transacciones por las que se define su circulación. Prisión y latrocinio, conceptos presentes en la obra de Bresson, no sólo en los más evidentes, en 'Pickpocket' (1956),o ¡Un condenado ha muerto ha escapado', sino, por ejemplo, en la obra cimiento de su filmografía, 'Diario de un cura rural', que hace cuerpo de esa noción de la realidad o sociedad como prisión, en la que la Gracia se degrada y corrompe ( o su búsqueda se revela casi imposible porque es negada su posibilidad por el entorno, por las tendencias humanas). En 'El dinero' se nos relata ese proceso de degradación, esa caida en 'desgracia' de Ivon.
En las primeras secuencias se registran las transacciones que propician o propulsan, en combinación de voluntad y azar, esa caída en desgracia de Yvon, alguien que no tiene las defensas adecuadas ( por su posición) a diferencia de los otros implicados en la 'circulación' de esos billetes falsos, sea los dos adolescentes que usan el billete para realizar una compra en una tienda ( porque a uno de ellos, su padre, no le ha dado un dinero plus más allá de su asignación), y el dueño de la tienda que se lo da (junto a otros falsos) a Yvon como cambio. Cuando, en un restaurante, el dueño reconoce la falsedad de esos billetes, Yvon aducirá que se los dieron en la tienda, pero los dueños, y su empleado, Lucien, lo negarán. Mientras la familia del adolecente soluciona fácil el problema, sobornando a los de la tienda, y Lucien, dada la falta de escrúpulos de los dueños, se adapta mimeticamente, engañando a clientes, o robando en cajeros automáticos o en la caja fuerte de la misma tienda (como dice él, no hay reglas, ya que no se respetan, ¿por qué va a hacerlo él?), Yvon, que tiene que recurrir al robo, para pagar las costas del juicio, caerá en barrena en la 'desgracia',es decir, en prisión, y,al salir, cada vez precipitándose en el abismo, en la negrura del crimen sin escrúpulos, en un tramo final,prodigioso, su estancia en una casa rural (¿volvemos a la citada obra de 1950?), en el que se radicaliza su elíptica narración (y el uso del fuera de campo, que enuncia tanto la imposición externa como el fracaso), alcanzando esa paradoja, un estado de Gracia, de mirada y estilo, relatando la pérdida, el sumidero de la Desgracia, la caída de máscaras de la sociedad mercado en la desnudez de los abismos de la noche, donde la transacción con billetes (la impostura de la circulación) se revela o desvela como hachazo inclemente ( y no sólo como metáfora).
'El dinero' (L' argent, 1983), es la última obra de Robert Bresson, y una de sus grandes obras maestra, inspirada en un relato de Leon Tolstoi, 'El billete falso'. Bresson escancia su estilo fragmentado, pura música interna, entre elipsis, acciones que no son visibilizadas o sólo escuchadas (a través de un modélico uso del fuera de campo) y su uso de una narración que elude todo psicologismo para alcanzar la sustancia de la representación del mundo, o la representación de la sustancia del mundo.
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