viernes, 31 de diciembre de 2010

El ángel azul

Photobucket
En la primera secuencia de 'El ángel azul' (1930), de Josef Von Sternberg, el profesor Rath (Emil Jannings) observa con pesar que el pájaro en la jaula está muerto. En la última secuencia le encuentran a él, en la que era, o representaba su jaula, el aula en la que impartía clases. O dicho con más precisión su jaula era su rígida y autoritaria mentalidad. Por eso el trayecto que sufre es el de la inversión de posición. Su degradación es como si le hubieran degradado de sus galones, de su mentalidad enquistada en los valores de imagen social, verguenza y puritanismo moral, de figura autoritaria (sujeto sancionador) a pelele o irrisorio y patético payaso ( objeto de irrisión y desprecio). Von Sternberg le describe con precisión en las primeras secuencias, es un hombre sin vida íntima o afecttiva (su único rasgo de algo semejante era el pájaro). En las secuencias del aula en el colegio queda reflejada esa tensión entre unos alumnos que lo desprecian, no hay respeto hacia su magisterio, sino la subordinación a su autoridad, la cual intenta aplicar incluso fuera de las aulas, como si el espacio íntimo de los alumnos también debiera ser controlado por su supuesta virtuosidad moral.
Photobucket
Rath acude al El ángel azul para sorprender a sus alumnos en un ámbito de desgradación moral, para él, y reprenderles así como sancionarles. Es brillante cómo en estas secuencias de su empecinada persecución por el local Von Sternber puntúa con planos del payaso, de triste expresión, fisura que ya anuncia su destino. Aunque la principal fisura en su rigído mundo controlado será Lola Lola (Marlene Dietrich), con la que, debido al estado de embriaguez en el que le sumen, vivirá una noche de amor. Pero dado sus valores cuadriculados implica que siente un sentimiento hacia ella, y por otro, que debe derivar en matrimonio (magnífico el momento en que se lo propone a ella, y esta responde con una estentórea carcajada que tiene mucho de divertida sorpresa). Pero el gallo del corral ( sus cácareos durante la celebración de la boda) se convertirá en el degradado reflejo de su patética condición, de la ilusoriedad de su arrogancia. Fantástica es la elipsis que tiene lugar tras la secuencia en la que Rrath plantea a Lola que ahora que están casados ella no debería trabajar (es el rol de la mujer según su retrograda mentalidad); en la siguiente secuencia, transcurridos los años, le vemos pintándose el rostro de payaso. Ya es una atracción irrisoria, manipulado y modelado por Lola o el empresario como él intentaba manipular o modelar a los alumnos. El falaz maquillaje de sus valores ahora es el maquillaje del payaso. De lacerante crueldad es la secuencia en que actúa, en lo que para él es sumirse en el abismo de la degradación o verguenza, en la localidad en la que impartió clases. Sumado a la explicitud con que Lola muestra que flirtea con otros hombres, es decir, que él es 'nada', para Rath sólo resta retornar al vacío de su jaula, aquella en la que creía detentar la autoridad moral ( el real vacío de sus valores), para morir con la mano agarrada como un garfio a la mesa.
Photobucket
La magnífica 'El ángel azul' (Dar blaue angel, 1930), de Josef Von Sternberg, adapta la novela de Heinrich Mann, que colabora en el guión junto al cineasta, Carl Zuckmayer, Karl Vollmoller y Robert Liebman. Gunther Littau realiza una esplendorosa labor en la dirección fotográfica. En la incisiva irreverencia de esta obra, con respecto al autoritarismo, se puede apreciar obviamente todo un comentario sobre lo que se estaba gestando en el país y que tres años después tomaría el poder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario