martes, 31 de agosto de 2010

Amarcord

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‎'Amarcord' (1973), de Federico Fellini. Un motorista que surca las calles a toda velocidad; el abuelo Biondi perdido en la niebla, y ante el cual aparece un caballo blanco a galope; y el tío Leo subido al árbol, gritando ‘quiero una mujer’. Toda ilusión de corporeizar los anhelos elevados se verán contrariados. Como el imponente transalántico que aparece en un mar artificial. Es un sueño inalcanzable, de apariencia deformada o desmesurada, como quizá los sueños de los habitantes del pueblo, que viven de meras proyecciones inconscientes de la realidad de lo que desean. La vida es fugaz, como ese motorista, y lo bello surge en la niebla en la que estamos perdidos, para desaparecer de nuevo. Y queda la protesta, el subirse a un árbol para reclamar lo añorado, el propio cuerpo, el querer sentir lo que se anhela, el dejar de ser un fantasma que ve pasar los sueños, si es que lo son, porque quizá es un mero motorista. Puede quedar la masturbación, la propia fantasía, porque cuando se materializa no está a la altura de lo imaginado, como cuando Titta besa los pechos, también desmesurados, de la estanquera, resoplando en ellos como si fuera una tuba.
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'Amarcord' (1973) es evocación y fantasía, es celebración y canto fúnebre. El humor se funde con la melancolía. La excentricidad de los personajes no esconde su condición de seres comunes que aspiran a materializar un sueño. El ingenio de Fellini es vivacidad sobre escombros, como el viento que acaricia mientras contemplamos una despedida.

2 comentarios:

  1. Peliculón sin más, aunque yo tengo que decirte que soy más del maestro Visconti ¿ por qué ? pues ni yo misma lo sé. Pero AMARCORD indudablemente está en mi vidióteca. Un abrazo.

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  2. Eso ya es cuestión de grados. También Visconti me apasiona, aunque me parezca más irregular. Ambos me parecen de los más grandes cineastas. Y en ambas filmografías películas que se me indigestan, en la de Fellini, La ciudad de las mujeres o Satyricon, y en la de Visconti, La caída de los dioses, El extranjero e incluso Bellisima (la Magnani me puede resultar bastante cargante).

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