jueves, 22 de octubre de 2009

Jumper

Hay películas que suscitan, involuntariamente, reflexiones y preguntas, pese al estruendoso canto al vacio del simulacro en el que se convierten en sí mismas...¿Signo de los tiempos? ¿Reflejo involuntario?...Esto sucede con el atropellado visionado de 'Jumper' (2007), de Doug Liman...Atropellado, desde luego, es como se siente uno tras finalizar la cinta, preguntándose, perplejo, por la entraña de tal acelerada montaña rusa...Claro que esa es su finalidad, no otra, convertir en narración (perdón, en acumulación de planos) la misma condición del protagonista, David (Hayden Christensen), el cual un día descubre que tiene un singular poder, teletransportarse, como si su mismo cuerpo fuera una cinta de video que se acelera para correr en el tiempo, y, oh, estar donde lo desee en una décima de segundo, sea Roma, Pekin o las piramides de Gizeh...Y, por supuesto, si se tiene ese poder, ¿por qué no robar un banco ya que puede introducirse en una cámara acorazada sin problema, con sólo imaginarlo?...Con sólo imaginarlo...

Sí, la fantasía de nuestra sociedad de hoy, el disponer de ese poder con el que puedes conseguir todo lo que deseas...La realidad a tu servicio, como un selfservice...Como ese universo virtual de los videos juegos que puedes dominar, ¿por qué no la misma realidad?...Uno mismo es la tecla, corro la cinta, y ya estoy donde he imaginado...Realidad que es puro simulacro, simulacro que ya es realidad...Si vivimos en una sociedad, o cultura, que entroniza el 'materialismo' qué mejor que poder desmaterializarse para 'materializar' los deseos (lease, lujos, no se busca otro tipo de 'enriquecimiento')...Ahora que estamos con esta cuestión...Pregunta: ¿Por qué rábanos su primer salto involuntario en el tiempo le lleva a una biblioteca, y no será la única vez? ¿Metáfora de cómo los libros nos teletransportan con sus fantasías a otros mundos? ¿Ese espacio donde se nos pueden materializar los sueños, donde podemos llegar a controlar un mundo que sí parece tener sentido aunque sea dentro de unas páginas?...Claro que...¿quién lee en nuestros días? ¿el espectador medio que se lanzará a ver una película como esta?...¿O es otro espacio arqueológico como las ruinas del coliseo o las piramides de Gizeh? ¿ ¿O, simplemente, quedan más estéticos, como las figuras de un museo?
Hubiera quedado más propio que apareciera en un gran centro comercial, pero bueno...

Al hilo de ésta observación...Pregunta: ¿Por qué rábanos los viajes de teletransporte llevan a lugares como la esfinge de Gizeh, o se dan dilatadas situaciones de enfrentamiento (sí, patadas y saltos entre ruinas) en el coliseo romano?...Observación entremedias: Sí, el rostro de Christensen es aún menos expresivo que la Esfinge...Otra observación entremedias: Si se destrozan y explotan apartamentos por qué no reliquias arqueólogicas? Total, cuando entusiasma tanto el espectáculo de la destrucción por qué andarse con discriminaciones... Pero, volviendo a la anterior pregunta, vamos a ver, ¿por qué está invocación a tiempos pasados, a signos y figuras de culturas de otros tiempos?...¿El control del parque temático del acelerador también atrapando el tiempo?...Oh, sí, ahora recuerdo esa imagen del protagonista subido al reloj del Big ben con paraguas incluido (claro, es Londres, ahí llueve)...Es decir, en el mismo pack controlamos espacio y tiempo...Claro, por eso David se empecina en recuperar el amor que sentía de adolescente con relación a Millie...Restituyamos el tiempo (Y por eso su primer viaje es a Roma, a visitar las ruinas del coliseo...oh, qué metafora...pero qué lastima que no supere su relación o conflicto sentimental el de dos monigotes)...

Observación (o entretengámonos con lo que pudiera haber sido): La idea en sí podría haber dado juego, David es un adolescente preso de las frustraciones y la sensación del fracaso, con padres separados, y que se encuentra con obstaculos para lograr el amor de la chica que quiere, porque siempre habrá algún descerebrado adolescente que complique las cosas, como en este caso, cogiéndo la bola de cristal, con la figura de la torre eiffel dentro, que quiere regalarle, y que lanza sobre el hielo...El chico va a recuperarla, y cae bajo el hielo, arrastrado por la corriente, y de repente aparece en la citada biblioteca...Pregunta: ¿Si jugamos con ideas asi, con imágenes metáforicas de la realidad quebradiza, la imposibilidad de materializar los sueños, atrapados en una bola, y una 'reaparición' en una bibilioteca, espacio propulsor de fantasías, es decir, dotado de la ambivalencia de si es real o mera proyección de la mente del protagonista, que quizá está inconsciente o muerto, con lo que lo posteriormente narrado pudiera haber sido la restitutiva proyección de esos deseos frustrados, por qué, repito, por qué, atrofiar ese potencial con un canto a la omnipotencia, y materializado en la misma estruendosa y ostentosa acumulación de planos a granel y a tropel, en donde se privilegia el alarde de la filigrana estética y el onanista disfrute con la destrucción ?

¿Esa es la reflexión que se quería suscitar, o es la misma excusa de espejismo de profundidad de la que quería dotarse la afamada 'Matrix', para así darnos en el tramo final de la primera parte, y en las dos espeluznantemente huecas y pretenciosas siguientes partes, una ración de efectos visuales y mil combates o cabriolas, que nos hicieran desencajar la mandibula y luego lanzarnos a vitorear el alarde tecnológico, y que, al fin y al cabo, contradecían sus presuntas reflexiones sobre la realidad como simulacro controlado, cuando se entregaba con tal servidumbre congratulada al mismo?...No creo que aqui quieran llegar a tanto, aunque se acompañen de alforjas de 'intelectualoide distinción' (o fetiches de museo), pero son sólo, eso, imagenes cuyo sentido acaba en su misma condición de 'resultona' imagen... ¿no es uno de los pilares de esta cultura del simulacro, aparentar lo que no se es, o sea, lo que se debe aparentar?...

Observación: No, no están señalando que la realidad es un criptograma a descifrar, lo es el pastiche de este puzzle, claro que sólo esconde el mayor de los vacios y el más absoluto sinsentido...Aunque, eso sí, dado los enormes agujeros de coherencia a la hora de 'no' describir los por qué de la existencia de estos saltadores, y sus perseguidores, los 'inquisidores' paladines, da la impresión de que quieren realizar alguna nueva trilogia con la que forrarse en un tres por uno...Lo que no es excusa para saltarse (nunca mejor dicho) por la torera esas incongruencias, perdiéndose en un (corto)circuito de carreras de imagenes en el que ahora estamos en las multitudinarias calles de Pekin, ahora peleando encima de la esfinge, y ahora, nada más y nada menos, que en mitad de una refriega bélica en Chechenia...Quizás sea mera incompetencia, o mera desfachatez...Sí, involuntaria metáfora del signo de nuestros tiempos este saltador...El cuerpo ya no existe, ya sólo es imagen (donde los sueños se realizan)...Otro día me extenderé sobre esta cuestión...Ahora aceleraré la cinta... Por lo menos, para olvidar rápidamente que he visto un despropósito de película como esta, con este mary poppins saltimbanqui, con cara de boniato anestesiado, acelerando la realidad según sus supercalifragilisticos deseos...

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