viernes, 15 de junio de 2018
En tránsito
Figuras sustitutivas y proyecciones. La actriz Paula Beer, que interpreta en En tránsito (Transit, 2017), de Christian Petzold, a la escurridiza figura de las fantasías sentimentales de Georg (Frank Rogowski), evoca su presencia en la excelente Frantz (2016), de Francois Ozon, otra obra tramada sobre las figuras sustitutivas y las proyecciones sentimentales. En Frantz un hombre desearía sustituir al hombre que mató en una trinchera por pertenecer al bando enemigo, y comparte con sus padres y amada recuerdos ilusorios, relatos inventados, sobre su presunta amistad, mientras el ansia de no infligirles pesar forcejea con la necesidad de revelarles la verdad, porque busca su perdón. Y, por otro lado, la mujer que amó al fallecido encuentra en él ese difuso sustitutivo que reemplace al cuerpo muerto del que amó como si así se dotara de vida de nuevo al sueño de amar. En En tránsito la circunstancia es más abstracta, ya sólo por la extrañeza de actualizarla. La novela adaptada de Anna Seghers transcurre durante la ocupación de Francia por los nazis. La circunstancia de la ocupación se mantiene, aunque por una indefinido régimen fascista, pero con una ambientación actualizada, con lo que adquiere una condición de alegoría sobre nuestra época.
El propósito de Georg es abandonar Francia, y el azar le facilita esa posibilidad cuando le encargan entregar unas cartas a un escritor, Wiedel. Al descubrir en el hotel que se ha suicidado, decidirá usurpar su identidad para conseguir el visado con el que poder marcharse a México. En su trayecto se convierte en figura sustitutiva por partida doble. Primero, como figura paternal para el hijo de un amigo que muere durante la huida en tren de Paris a Marsella, Entabla una relación cómplice, afectiva, pero el niño reaccionará decepcionado cuando él le revele que se marchará, ya que se siente abandonado. En la narración, en dos ocasiones, alguien pregunta a Georg quién cree que olvida antes, el que abandona o el que es abandonado.
En la anterior obra de Petzold, la notable Phoenix (2014), la protagonista, tras volver del campo de concentración donde estuvo prisionera varios años, por olvidar ese dolor, por negar la posibilidad de que él la delatara, se deja modelar por el hombre que amó para convertirse en sí misma, y así ayudarle a conseguir la herencia de su familia, ya que él no había sido capaz de reconocerla. En En tránsito, Marie (Paula Beer), le alude a Georg, en dos ocasiones, cuando le ve de espaldas, pero al volverse se percata de que no es el hombre que buscaba. Por un lado, Georg comienza a quedarse cautivado con esa mujer, que luego comprueba que es amante del doctor que atenderá al niño que enfermó tras que él le dijera que se iba a otro país. Los abandonos se conectan. En dos secuencias, el niño y Marie esperarán, en el mismo lugar y con la misma postura, que Georg realice sus trámites con los visados. La ironía con respecto a la atracción que siente por Marie es que ella es la esposa del hombre cuya identidad él ha usurpado. Ella se siente atraída por Georg, quizá porque le recuerda a su marido, pero espera reconciliarse con éste. El hecho de que Georg haya adoptado su identidad para conseguir los visados acrecienta en ella la ilusión de esa posibilidad porque cree que le encontrará en el barco con el que viajarán a México. Con lo que Georg está destinado a ser abandonado, aunque sea por alguien que ya no existe ¿Quién es ella para él?¿Quién es él para ella?
Figuras virtuales, escurridizas, sustitutivas, como él era un padre que no podía ser para un niño que debía enfrentarse a la desnuda perdida de su real padre. Figuras en tránsito, que no se definen, como películas en movimiento que no acaban de consolidarse con la consistencia de lo real. Por eso, la opción de la abstracción, de esa indefinición temporal, se hace certero eco de la hipertrofía de la virtualización en las relaciones de nuestra época. Aunque esa indefinición también suscita la interrogante de si el interés de En tránsito reside más en sus sugerente planteamiento y entramado dramático que en su materialización cinematográfica.
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