domingo, 18 de septiembre de 2016
Mi mujer favorita
'Enoch Arden' es un poema narrativo escrito por Lord Alfred Tennyson, publicado en 1864. Un marinero, casado y con tres hijos, sobrevive a un naufragio, y permanece diez años en una isla. Cuando retorna descubre que su esposa se ha casado con un mutuo amigo de la infancia, con el que ha tenido otro hijo. El marinero nunca revela que ha regresado, para no perturbar su felicidad, y muere de pena con el corazón roto. Se han realizado numerosas adaptaciones, o variaciones, sobre esta obra. Ya en la era silente con el mismo título, David Wark Griffith en 1911, Percy Nash en 1914, en Gran Bretaña, y Christy Cabanne en 1915, con Lilian Gish, realizarían su particular aproximación. Y en 1925, una producción australiana con el título 'The bushwackers'. Ya en la etapa sonora, inspiró la comedia 'Demasiados maridos' (1940), de Wesley Ruggles, según una obra teatral de W.Somerset Maugham, con Jean Arthur, Fred McMurray y Melvyn Douglas, con primer marido ausente por naufragio durante un año, que conocería una nueva versión musical en 1955, 'Three for the show', de H.C Potter,con Betty Grable, Jack Lemmon y Gower Champion. En 1946 'Mañana es vivir', de Irving Pichel, según la novela de Gwen Bristow, con Claudette Colbert, Orson Welles y George Brent, con marido dado por muerte en combate durante la I guerra mundial que retorna con rostro desfigurado. 'En 1966 y 1967, dos producciones hindúes, 'Nirmon' y 'Taqdeer'. Y también 'Náufrago' (2000), de Robert Zemeckis está inspirada en el citado poema.
'Mi mujer favorita' ( My favorite wife, 1940), de Garson Kanin, es otra variación, aunque en este caso la dada por muerta tras un naufragio, en concreto durante siete años, es la mujer, y se amplia el espectro de conflicto no sólo a tres, por la nueva esposa, sino a cuatro por la inclusión, en brillante cambio narrativo de rumbo en el meridiano de la película, de un personaje masculino, que compartió estancia en la isla con la mujer durante ese tiempo. Dos décadas después, se realizaría una nueva versión en 1963, 'Apártate, cariño', de Michael Gordon, con Doris Day, James Garner y Polly Bergen, tras el frustrado intento de realizar 'Something's got to give' (1962), con Marilyn Monroe y Dean Martin (quien había reemplazado a James Garner, por comprometerse este con 'La gran evasión'), dirigidos por George Cukor, pero Marilyn fue despedida por su reiteradas incomparecencias en rodaje (tras dejar treinta minutos utilizables de material rodado), y Martin se desentendió porque no le convenció la sustituta, Lee Remick. Marilyn fue contratada de nuevo, pero moriría antes de volver a rodar.
'Mi mujer favorita' (My favorite wife, 1940), en principio, iba a ser un nuevo proyecto del gran Leo McCarey, quien quería reincidir en la feliz alquimia que había dado como resultado su colaboración con Cary Grant e Irene Dunne, la pareja protagonista de 'La pícara puritana' (1937), la matriz de la screwball comedy, que instituyó además la personalidad cinematográfica de ese actor único que fue Cary Grant. Pero McCarey sufrió un grave accidente automovilístico que mantuvo preocupados a todos los implicados durante las dos primeras semanas del rodaje ya que se temió por su vida. Afortunadamente, se recuperó y pudo estar presente en la última etapa de rodaje. McCarey había ideado el argumento junto a Bella y Sam Spewack, quienes desarrollaron el guión. Fue McCarey quien lograría encontrar la solución a un tercer acto que ni resultaba convincente al público ni a ellos mismos. Su solución: recurrir de nuevo a un personaje secundario que aparecía en los primeros pasajes, el juez Bryson (Granville Bates). Quien se encargó de la dirección fue Garson Kanin, que también colaboró, de modo no acreditado, en el guión. De hecho, Kanin es conocido sobre todo como guionista, junto a Ruth Gordon (luego actriz, por ejemplo como la inquietante vecina anciana en 'La semilla del diablo', 1968, de Roman Polanski, por la que consiguió un Oscar a la mejor actriz secundaria). Colaboraron repetidamente con George Cukor (La costilla de Adán, Pat y Mike,Una doble vida). Kanin fue autor de la pieza teatral en la que se basa 'Nacida ayer' (1952), de Cukor, o del relato corto inspirador de la estupenda comedia 'El amor llamó dos veces' (1943), de George Stevens.
El inicio riza el rizo de la ironía. El mismo día en que a Ellen (Irene Dunne) se la declara legalmente muerta, reaparece con vida ( y ropa masculina de marinero), como los fantasmas invocados por una inconsciente añoranza aunque se haya decidido casarse con otra mujer precisamente ese día. Han transcurrido siete años, y Nick, convencido de que no reaparecerá, ha decidido casarse de nuevo, con Bianca (Gail Patrick), quien desde luego no parece la réplica de la primera, como si no pudiera sustituirse, por lo que optó por su opuesto. Por lo tanto, la 'falta' permanecía intacta, como la relación que fue interrumpida por las circunstancias pero no por el deterioro. La nueva relación es una variante de quien en cierta medida permanece aún siete años atrás. Por eso, no le resulta nada complicado decidir cuál es su mujer favorita cuando descubre que no es un fantasma precisamente quien ha vuelto. Aunque sí le resultará difícil lograr comunicárselo a su nueva esposa.
El primer tramo se define por la indecisión e irresolución de Nick, reflejado en la escisión, primero por dos espacios, dos habitaciones en un hotel, entre los que fluctúa, más bien tendente a la fuga: su incapacidad de comunicar encuentra su contrapunto irónico en que intente expresar vía telefónica a Bianca que ha tenido que marcharse cuando ambos se encuentran en dos cabinas separadas por medio metro, por lo que se colisionan al salir. Nick se colisiona con ella, y consigo mismo, pese a que sepa a quien ama. Para remarcar su agónica irresolución, de dos espacios se pasa a un espacio, el hogar, en el que conviven las dos mujeres: su patética incapacidad de comunicar a Bianca que ha reaparecido a su mujer, a la que realmente quiere, se evidencia en el hecho de que porte el batín que ella le ha comprado, lo que refleja su pusilánime voluntad.
Sin aún lograr decidirse, se introduce una nueva variante que amplía las dualidades, y duplica su conflicto, porque, por añadidura, Nick sentirá celos retrospectivos al ser informado por un agente del seguro de que Ellen compartíó su estancia en la isla con otro hombre. Su imaginación se disparará, primero, pero se desmoronará, después, cuando descubra que Stephen (Randolph Scott, quien compartió casa con Grant durante 12 años) es todo un adonis (su desmoronada expresión cuando le ve saltar desde un trampolín en una piscina cual atleta tarzanesco es todo poema: hasta lo imagina como acróbata miniaturizado en su tortuosa mente). Así que de ser primero, incapaz de decir las cosas claramente, pasa sin solución de continuidad a enmarañarse en sospechar lo que es innecesario. Y, por ello, en la secuencia final, de nuevo entre dos espacios, ambos en camas separadas en espacios distintos, habitaciones diferentes, reflejo de lo torpemente ajeno (de su tendencia a la fuga: su orgullosa primera reacción había sido distanciarse, declarar que necesitaría un tiempo para pensar sobre su relación), él sufrirá las incomodidades de su cama defectuosa, tras que rectifique y reintente la aproximación, hasta que asume el ‘juego’. Porque lo fundamental, al fin y al cabo, ahora que está de nuevo junto a él (no como fantasma sino como presencia), es que Ellen es la mujer que ama, su mujer favorita. Lo demás, es complicar tontamente las cosas Y de eso hablan las buenas comedias.
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