viernes, 23 de mayo de 2014
Delta y Pleasant days
En 'Delta' (2008), del cineasta húngaro Kornel Mundruczó, los personajes no hablan demasiado. Es un cine de cuerpos, y de emociones crispadas, congestionadas, retorcidas, de cuerpos dominados por los instintos, por su ceguera. Transcurre en un entorno rural, pero se podría decir lo mismo de la obra previa 'Pleasant days' (Szep napok, 2002), que transcurre en un entorno urbano. Es un cine de asfixia, como si ya no hubiera aliento vital, porque la ponzoña de la crueldad. parece primar en la naturaleza humana. En 'Delta', sobre todo, la cámara realiza largos desplazamientos (en los títulos de crédito hay agradecimientos a Bela Tarr; como la ahora presentada en Cannes, 'White god' está dedicada a Miklos Jancsó), aunque poca dirección pueda advertirse. Dos hombres llegan a un espacio en cada una de las obras. Retornos que parecen más bien claudicación,o extravío, o pérdida. En 'Delta' se hace evidente en pocos planos. La cámara se desplaza sobre las aguas de un río, del delta, envuelta en la música, como si la armonía se expandiera, que se troca estridencia, y anuncio de muerte, cuando Mihail (Felix Lajko) entra en la casa de su madre, y se escucha los desesperados gritos de un cerdo que va a ser sacrificado.
Felix, que había estado ausente desde la infancia, es un extraño en ese entorno, una intrusión del universo urbano, una intrusión en un mundo aislado, cerrado, atascado (en donde nada fluye). La sintonía que crea con su hermana, Fauna (Orsolya Roth), cuya existencia ignoraba, suscita suspicacias, en especial en el padrastro. Felix construye su particular mundo aparte, una cabaña apartada, entre dos aguas, como alguien que ya no se considera de ninguna parte. Un mundo apartado en otro mundo apartado, y la colisión no tarda en producirse. Pero si él crea puentes, está intentando crear su espacio propio, su hogar, en un entorno que más bien los destruye. Las suspicacias sobre si mantendrán relaciones sexuales ambos hermanos tiene más de envidia. Por eso, deriva en violación cuando Fauna decide trasladarse a casa de su hermano. El personaje de Orsolya Roth en 'Pleasant days', Maja, también sufre una violación. Y en la reciente 'El gran cuaderno' (2013), de Janos Szasz, también interpreta a otra chica que es violada. Hay encasillamientos un tanto siniestros.
En 'Pleasant days', el joven protagonista sale de la cárcel, pero no parece que sepa muy bien hacia dónde dirigir su vida. Su mirada se enfoca hacia Maja, pero la exuberencia sin complejos le desconcierta y desestabiliza, o hace evidente su propio desenfoque vital. En las secuencias iniciales, Maja tiene un bebé en la lavanderia de la hermana de Peter, Marika (Kata Weber), quien se lo queda, previo pago, para presionar a su novio. Desde luego, un centrifugado de limpieza vital sería necesario, dada la turbiedad, la sensación de atoramiento, de carencia de dirección, de enmarañamiento y doblez, de relaciones empañadas, difusas, que transpiran las vidas retratadas. Como un gran aparcamiento vacío, porque nada habita, nada se mueve, en ese entorno. Aunque tampoco en el rural, como refleja 'Delta'. No hay escapatorias.
Todo concluye, como en un callejón sin salida, en las violaciones y el crimen. La violencia como voz predominante. Los cuerpos, o retenidos u ofuscados, en sus deseos, o cuando se manifiestan, son como una infección de pus que revienta. Los cuerpos pacíficos, como los de Mihail o Fauna, o que se expanden porque buscan, aunque se magullen y tropiecen, son castigados, agredidos, incluso eliminados. La naturalidad se destierra, la desolación se hace cuerpo estéril, turbulencia y caos. Quizá por eso, en su última película, los perros, sin que parece que haya explicación, se revelan contra los humanos, como la respuesta en forma de furia apocalíptica de la propia naturaleza.
¿En Hungría no hay ningún director que haga pelis 'normales'? A mí me encanta el cine experimental, de narración difusa y formas audaces, pero me pica la curiosidad por saber si es que no hay, o es que les prohíben salir del país, o hay algún otro fenómeno extraño. En fin...
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana.