Ya tenemos los resultados del festival fetichista necrofílico cinéfilo de este fin de semana: En primer lugar, en la pole position, y con sideral distancia sobre el resto de fallecidos, Phillip Seymour Hoffman. En segundo lugar, Maximilian Schell. En tercera posición, y suscitando airadas protestas de cinéfilos de pro (o post, a gusto de cada cual) por la escasa atención recibida, Miklos Jancso. En cuarto lugar, el cineasta que conocían tres cinéfilos de protopro (o post, a gusto de cada cual) y su tía, Eduardo Coutinho. Y en último lugar, el actor del que se ha acordado casi nadie, Christopher Jones, que no sería ningún dechado actoral pero protagonizó una de las obras más sublimes que ha deparado el cine, 'La hija de Ryan' (1970), lo cual es una buena excusa para añadir más imagenes del rodaje con David Lean, John Mills o Barry Foster, Sarah Miles, Leo McKern, el director de la segunda unidad Charles Frend (a rescatar sus espléndidas 'Scott de la Antartida' y 'Mar cruel') y el productor Anthony Havelock-Allan
Inolvidable para mí en la ya de por sí, extraordinaria. "La hija de Ryan", la escena en que la tosca muchacha pueblerina se mofa de su cojera, provocando esa mirada de él hacia ella sin mediar palabra. Lo que la chica ve en esos ojos, le hace arrepentirse al instante de su comportamiento y alejarse llorando sin consuelo. ¡Dios, qué momento!
ResponderEliminar