lunes, 10 de febrero de 2014
La infancia de Carl Dreyer
Carl Dreyer no supo hasta poco antes de cumplir 19 años, cuando realizó un viaje a Suecia, cómo murió su madre, Josefina Nilsson, cuando él tenía dos años de edad. Su madre, sirvienta, falleció a causa del envenaniento por azufre al ingerir las puntas de caja y media de cerillas para conseguir abortar su segundo hijo ilegitimo. Carl había sido el primero. El padre, un granjero danes que vivía en Suecia, casado, de quien era empleada la madre, le dio en adopción (tras permanecer dos años en un orfanato) a Carl y Marie Dreyer (quien tenía otra hija ilegitima de otro hombre). Su padre adoptivo un tipógrafo de tendencia izquierdista librepensadora. La infancia no estuvo definido por la carencia de cariño. Resultó bastante árida en ese aspecto, definida por las distancias afectivas. Sus padres adoptivos aun luteranos no eran muy practicantes. Rara ver pusieron un pie en una iglesia, una de las razones de la escasa religiosidad del cineasta.
Aprovechando una visita a Copenhague, tuve ocasión de visitar el cementerio de Frederiksberg donde está modestamente enterrado. Un momento emotivo para mí, en una soleada mañana de agosto.
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