sábado, 18 de enero de 2014
Peter Cushing, niño con lazitos rosa, bombas y juegos bajo la mesa
Su madre deseaba tanto tener una niña, que durante sus tres primeros años de vida, Peter Cushing portaba vestidos de chica y una melena rizada con lazitos rosas. Cushing nació un año antes de que comenzara la primera guerra mundial. Los horrores provenían del cielo, pero su madre procuró que se mantuviera ajeno en una ilusión de refugio. Sus primeros años giraron alrededor de los juegos que realizaba bajo la mesa de la cocina, cuando existía la amenaza de un bombardeo. La muerte sí le rondó más amenazadoramente cuando padeció por segunda vez una neumonía. Su padre era muy poco comunicativo. Cushing reconoció que nunca acabó de conocerle. Además se opuso a sus deseos de ser actor, pese a que había precedentes en la familía. Cushing se vio determinado a trabajar durante tres años en el oficio de su padre, como asistente de aparejador, aunque no le motivara nada. Pero no desistió de intervenir en producciones escolares. Una beca escolar le propulsó hacia una academia de arte dramático.
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