miércoles, 27 de noviembre de 2013
Pola Negri, estrella fatale
Pola Negri disfrutó de un considerable éxito en la década de los veinte, en papeles trágicos o de femme fatale, sobre todo en sus colaboraciones con Ernst Lubitsch, desde que 'Madame DuBarry' (1919) propiciara que ambos fueran contratados en Hollywood. Fue la primera estrella contratada allende el oceano. La actriz había nacido en Polonia, con el nombre de Apolonia Chalopiec. Fue la menor de tres hermanos, aunque sus dos hermanos pronto morirían. Su padre fue detenido por sus actividades revolucionarias, y enviado a Siberia. Con su madre se trasladó a Varsovia donde vivió en extrema pobreza. Ser aceptada en la Academia de danza de Varsoia dio un giro a su vida, aunque la tuberulosis determinó que fuera ingresada en un sanatorio. Tras darse de alta, ingresó en la academia de arte dramático, graduándose y debutando en 1914. Su exito propició que se trasladara a Berlín donde conoceria a Lubitsch con quien formó tandem creativo. Sus dos primeras colaboraciones fueron 'Los ojos de la momia' (1918) y 'Carmen' (1918). Realizarían tres obras más juntos antes de trasladarse a Estados Unidos 'Sumuru' (1920), 'Die Bergaktze' (1921) y 'Sappho' (1921). En Estados Unidos colaborarían en 'Forbidden paradise' (1924). Negri, en principio encasillada como femme fatale, interpretó obras como 'Bella donna' (1923), de George Fitzamurie o 'The spanish dancer' (1923), de Herbert Brennon. Su influencia fue también notoria en la moda femenina. Las causas de su declive se debieron, en primer lugar, a su comportamiento posterior a la muerte de Rodolfo Valentino. La actriz había estado comprometida con Chaplin, pero luego parece que mantuvo una relación con Valentino, aunque amigos de él lo negaron. Ella compró una corona de flores, con su nombre P-O-L-A, que ordenó poner junto al féretro. Y realizó un viaje en tren cruzando todo el país, realizando en cada parada un 'numerito' de desmayo, que repetía si no habían fotografiado el primero. Aparte, el código de censura instituido con el sonoro también afectó a su carrera, como su fuerte acento. Billy Wilder le propuso el papel protagonista de 'El crepúsculo de los dioses' (1950), que ella rechazó. Wilder se inspiraría en ella para el personaje protagonista de 'Fedora'(1978)
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