jueves, 7 de noviembre de 2013

Martha Vickers, Carmen de Hawks (y Chandler)


 El personaje más memorable de Martha Vickers fue el primero en que apareció acreditada con este nombre artístico, en El sueño eterno (1946), de Howard Hawks, como Carmen, una impecable encarnación del caos, de la actitud caprichosa, de ahora te echo los tejos y dentro de dos minutos quizá tenga antojo de descerrajarte la cabeza de un tiro. Hasta entonces había tenido fugaces apariciones, sin acreditar, o como Martha McVicar, en obras como Frankenstein y el hombre lobo (1943), de Roy William Neill o El fantasma de la momia (1944), de Reginald LeBorg. Después, su carrera no tendría mucho recorrido. En los 40, intervino en The man I love (1947) o en la obra maestra de Edgar Ulmer, Traición (1948). En los 50, sus esporádicas interpretaciones serían sobre todo para producciones televisivas, o en The burglar (1957), de Paul Wendkos. Su última aparición en la pantalla grande fue en Cuatro hombres grandes (1960), de William Hole, jr. Su segundo marido, de tres, fue Mickey Rooney, desde 1949 a 1951, con quien tuvo un hijo. Murió a los 46 años, en 1971, a causa de un cáncer de esófago.

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