sábado, 30 de marzo de 2013
El día que nací y el sendero de baldosas de absenta hasta la trapecista más allá de Solaris
Hace cuarenta y nueve años, cinco minutos después de medianoche, me convertí en calabaza, digo, broté al mundo (con ayuda de forceps dada mi reticencia: debía estar leyendo alguna novela de Conrad en la biblioteca uterina; al fin y al cabo fue mi madre quien me propulsó hacia el entusiasmo voraz por la lectura). Durante años en aquella clínica, del Doctor Guerra (ya empecé desde entonces tocando los...susodichos), se comentó que nada más salir a este torbellino de existencia no emití los usuales gemidos sino que lancé una pregunta (con acento escocés): ¿Ha visto alguien a la trapecista?. Una vocecita, que parece sólo escuché yo, respondió que debía seguir el reguero de absenta, y que pasado Solaris, allí me encontraría con ella, y nos dedicariamos al funambulismo risueño por los evos de los evos...
Felicidades! (Cumplimos años el mismo día :).
ResponderEliminar¡Felicidades también para ti, Arantxa! ¡Abrazos risueños!
ResponderEliminar