martes, 27 de noviembre de 2012
Roman Bohnen, el espiritu conciliador que sufrió un colapso por la Caza de Brujas
Roman Bohnen fue uno de los actores que no pudo resistir el estress y la ansiedad por el acoso del Comité de actividades antinorteamericanas, 'la caza de Brujas', y falleció por esa causa, como John Garfield, Canada Lee, J Edward Bromberg o
Mady Christians. Bohnen sufrió un colapso en el segundo acto de la representación teatral en la que actuaba,'A distant isle' en 1949. En 'Al filo de la oscuridad' protagoniza algunos de los más notables pasajes de la película, un personaje frustrado por no enontrar el valor suficiente para decir a la cara lo que piensa de ellos a los nazis, y muere con una sonrisa en el asalto final porque ha demostrado su valor. Bohnen, por lo que parece, destacó por ser una figura conciliadora, 'paternal', en los grupos teatrales en los que formó parte, del Group theater de Nueva York, durante nueve años (1932-1941), junto a Elia Kazan, Harry Morgan, John Garfield, Lee J. Cobb, Will Geer, Clifford Odets, Howard Da Silva o Irwin Shaw. Y fue cofundador del Actors Laboratory Theatre, cuyos integrantes se convertirían en uno de los principales objetivos del Comité de actividades norteamericanas. El primer papel, en cine, que le dio notoriedad y reconocimiento fue en 'De ratones y hombres' (1939), de Lewis Milestone, con quien colaboraría, además de en la ya citada, en 'El extraño amor de Martha Ivers' (1947) o en 'Arco de triunfo' (1948). Como Lee J Cobb, parecía mayor, y le daban papeles de personajes de más edad (Tenía 48 años cuando murió). Interpretó el padre de Jenniffer Jones en 'La canción de Bernadette' (1943), de Henry King o de Dana Andrews en 'Los mejores años de nuestra vida' (1946), de William Wyler, o al tío de Ingrid Bergman en 'Juana de Arco' (1948), de Victor Fleming. También intervino en 'Un corazón en peligro' (1944), de Clifford Odets, 'La campana de la libertad' (1945), de Henry King, 'Fuerza bruta' (1947), de Jules Dassin, en la que interpretaba al alcaide que es incapaz de frenar las brutalidades de los guardianes, o en 'La nche tiene mil ojos' (1948), de John Farrow.
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