John Frankenheimer y el productor Robert Evans durante el rodaje de 'Domingo negro' (Black sunday, 1977). Un ejemplo modélico del admirable talento de Frankenheimer para, con milimétrica precisión, orquestar tensas y crispadas secuencias de acción, 'horadadas' por detalles descarnados (no hay un cineasta comparable hoy día, ni siquiera Christopher Nolan. De su complejo y matizado retrato de personajes y en su cortante y concisa narrativa, quizás tomó buena nota Steven Spielberg para la también excelente, y sombría, 'Munich' (2003).
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