miércoles, 18 de julio de 2012
El nacimiento de un plano: Borzage, Cooper
En busca del pie perdido... encuentro del rostro anhelado, aunque acceder a las elevaciones del amor implicara transitar, superar y combatir las sombras. En 'Adiós a las armas' (1932), de Frank Borzage, aquel pie que admira Frederic (Gary Cooper) no tiene rostro (el encuadre nos lo hurta; es la representación de una idea, de un deseo, la falta de aquel rostro al que adore). Después, en las sombras, refugiándose de un bombardeo, entre las sombras, que no dejan ver el rostro, intenta encajar el zapato de aquella chica al pie de Catherine (Hele Hayes). No es su zapato, por eso no encaja (¿no es más bien él quien estaba perdidor?. Pero ese pie le maravilla. Lo que no encaja es el 'a ras de suelo de las sombra de la realidad', las circunstancias adversas, la guerra en curso que se convertirá en el principal obstaculo para la realización de su amor. La elevación de su sentimiento compartido (la primera vez que él la ve, ella está en lo alto; donde dan el primer paso de su relación, de abrir las compuertas de sus corazones, es encaramados en un árbol) minada por las convulsas sombras de la destrucción y el horror (las excepcionales y expresionistas secuencias nocturnas de combate).
No hay comentarios:
Publicar un comentario