domingo, 24 de junio de 2012
Merian C Cooper y los sueños de King Kong
Jessie Lasky, productor en la Paramount, pensó que Merian C Cooper estaba mal de la cabeza cuando, a finales de 1930, le propuso la premisa argumental de 'King Kong'. En cambio David O'Selznick, productor recién llegado en la RKO, pensó que podría ser el productor que podría propiciar el éxito de taquilla que necesitaban para aupar al Estudio. El primero fue la esplendida 'El malvado Zaroff' (The most dangerous game, 1932), de Ernest Schoedack e Irving Pichel. Su segundo rpoyecto fue propulsar 'King Kong'. Cooper, que había realizado documentales en Siam y Persia, y que había sido piloto en la primera guerra mundial, combatiente, en setenta ocasiones, para Polonia contra los bolcheviques durante la revolución rusa, y uno de los fundadores de Pan American Airways, dijo en alguna ocasión que la idea le vino cuando vio en una ocasión un avión volar sobre un rascacielos. Aunque en otra comentó que fue debido a una pesadilla que tuvo sobre un simio atacando Mueva York. Cooper contrató para los efectos especiales a Willis O'Brien, y como guionista al novelista Edgar Wallace. Cooper y O'Brien, el mayor experto en stop-motion, que había rodado los efectos especiales de 'El mundo perdido' (1925), concibieron dos secuencias de prueba, la del ataque de King Kong a los hombres que cruzan sobre un tronco un abismo, y la pelea de Kong con el tiranosaurio. Acompañadas de imagenes de un triceratops atacando a un hombre, de un proyecto frustrado de Cooper titulado 'Creation', rodaron las dos secuencias con Robert Armstrong, Fay Wray y Bruce Cabot (que sustituyó al inicialmente previsto Joel McCrea). Dado el visto bueno para el rodaje, Erneste Schoesdack se concentraría en las secuencias 'en vivo' y Cooper en las de los efectos especiales.Wallace escribió el prier borrador en cinco días, a inicios de 1932, pero moriría a causa de una neumonía. Tomó el relevo Ashmore Creelman, que había escrito el guión de 'El malvado Zaroff', acentuando la fiereza de Kong, y aportando la idea vertebral del contraste de 'la bella y la bestia' ( a él se debe la frase final de 'Fue la belleza la que mató a la bestia'). La esposa de Schoesdack, Ruth Rose, escribiría otra versión, eliminando la explicación de cómo trasladan a Kong a Nueva York en el barco (de lo que también se despreocupa Jackson en la reciente versión), aportando, fundamentalmente, la figura del director, Denham. Para los efectos de sonido Murray Spivak utilizó, para los rugidos de Kong, su propia voz a través de un megáfono. Exceptuando los grtos de Fay Wray, el resto eran suyos. Para los golpes que Kong se daba en los pechos, utilizaba una baqueta sobre el pecho de su asistente, colocando el micrófono a su espalda
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