domingo, 3 de junio de 2012

Ann Harding, inocencia y sacrificio

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Ann Harding es especialmente recordada por su protagonista femenino en la obra que entusiasmó a André Bretón, 'Sueños de amor eterno' (Peter Ibettson, 1935), de Henry Hathaway, esa bella historia de amor que supera cualquier límite de espacio y tiempo. Su carrera fue breve, pero en su momento álgido, entre 1929 y 1937 fue una de las actrices mejor consideradas (en especial por su dicción y por cómo aplicó su bagaje teatral, en el que se había iniciado en 1921, en los albores del cine sonoro,desde que debutó en 1929. Con su segunda película, 'Holiday' (1930), de Edward H Griffith sería nominada al Oscar a mejor actriz. Aún bien valorada, desafortunadamente se la encasilló en papeles de mujer inocente y sacrificada, hasta que se retiraría, temporalmente, en 1937, tras casarse. Hasta entonces había intervenido en obras como 'The animal kingdom' (1932), de Edward H Griffith, 'When ladies meet' (1933), de Harry Beaumont, 'Double harness' (1933) y 'The fountain' (1934), ambas de John Cromwell o 'Love from a stranger' (1937), de Rowland V Lee, junto a Basil Rathbone. En 1942, retornaría para interpretar 'Eyes in the night' (1942), de Fred Zinemann, 'Misión a Moscú' (1943), de Michael Curtiz o la notable 'The North star' (1943), de Lewis Milestone, pero hasta 1951 sus apariciones en pantalla fueron espaciadas, y secundarias, retirándose de nuevo para reaparecer en 1956, fugazmente, interviniendo en 'El hombre del traje gris' (1956), de Nunnally Johnson. En loss 60 retornaría a los escenarios, en Broadway, y realizaría algunas apariciones en series de televisión hasta retirarse definitivamente en 1965.

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