Sidney Lumet en el metro, durante el rodaje de una de sus más grandes obras,'El prestamista' (The pawnbroker, 1964).Nada complaciente, y sí muy áspera y descarnada, hace del dolor consciencia que rescata del entumecimiento vital. Ese despertar es el trayecto que narra, el de un hombre, encarnado por Rod Steiger, postrado en la insensibilidad y en la inercia de la usura. Tiene la audacia de señalar que un hecho como los campos de concentración de la segunda guerra mundial no es un hecho aislado, sino un reflejo extremo de la crueldad humana que sigue maniféstandose tras las frias construcciones de las modernas ciudadades.
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