Danny Elfman - Sombras tenebrosas o tinieblas deslucidas

Danny Elfman compone, cómo no, la banda sonora de 'Sombras tenebrosas' (2011), la decepcionante última obra de Tim Burton. Como en la también, a mi parecer, fallida 'Sweeney Todd' (2008), resulta excepcional en su faceta pictórica, la que conjugan dirección de fotografía/dirección artística/maquillaje y vestuario. Pero hace aguas en su construcción dramática. Tras un prometedor prologo situado en el pasado, y una sugestiva presentación en el presente a través de un resorte narrativo de manual, la introducción en un mundo a través de los ojos de un extraño, en este caso, extraña, Victoria (Bella Heathcote), la película se embarranca en una deriva que intenta combinar tonalidades, el terror y la comedia (excéntrica que resulta más bien facilona extravagancia), que acaba al pairo en el carrusel pirotécnico de su último tramo. Sus personajes no acaban de adquirir la necesaria relevancia, ni consistencia, con lo cual fácilmente uno se despreocupa de ellos, como si aparecieran por turnos en pantalla. Aunque más grave es en el caso de Victoria, ya que Burton descuida la vía dramática más sustanciosa, ese reencuentro con la mujer amada en el pasado, Josette (encarnada también por Heathcote) a través de 'otra' en el presente, dispersándose en presuntas situaciones de humor en la colisión de Barnabas Collins (Johnny Depp), el vampiro que 'despierta' después de casi dos siglos en 1972, con este tiempo actual, retomando esa relación de cuando en cuando como quien se acuerda de repente de que ese personaje estaba ahí. Llo cual aún desluce más el despendolado final cuando Barnabas se enfrenta con la bruja, Angelique (Eva Green), que le sumió, por despecho amoroso, en su maldición y mató a su amada, que, oh, cáspita, moraleja, realmente no sabe amar. Pese a todo no voy a incurrir en esa cada vez más extendida corriente de 'cortenle la cabeza' a Burton desde hace ya unos años. No me parecerán grandes obras 'Alicia en el país de las maravillas' y 'Charlie en la fábrica de chocolate', pero sí obras disfrutables. Desde luego tanto como 'Bitelchus' o 'Batman', y más que 'Mars attacks', y aún más que 'La gran aventura de Pee wee' y 'El planeta de los simios' que me parecen sus obras más flojas. O sea que tampoco es cuestión de lanzar con tanto entusiasmo aceite hirviendo al traidor de nuestras expectativas, que es como que algunos ya consideran a Burton, como si le hubieran colocado una vaina debajo de la cama, y convertido en una licuada versión convencional (de diseño para raros que no saben que son tan convencionales como los convencionales). Algo de eso sí, cierto, hay en esta fallida obra poco tenebrosa en su sustancia, pero quizá en su próximo proyecto recupere el inspirado (in)genio de 'Big fish' (2003) y 'La novia cadáver' (2005).